Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El escenario político peruano se agita con una sorprendente noticia: el expresidente Pedro Pablo Kuczynski, conocido popularmente como PPK, ha decidido unirse a Fuerza Moderna, un partido político fundado por la exministra Fiorella Molinelli. Este anuncio, realizado a través de las redes sociales de Molinelli, marca un hito en el camino hacia las elecciones generales de 2026, y pone de manifiesto la búsqueda de alianzas estratégicas en un contexto donde la fragmentación política es la norma. Fuerza Moderna se presenta como una plataforma que busca "mejorar" el plan de gobierno que Kuczynski había esbozado en 2016, un documento que, aunque fue bien recibido en su momento, no logró concretarse en políticas efectivas durante su breve mandato. La invitación a PPK se enmarca en un esfuerzo por "reenfocar" al Perú hacia el crecimiento económico, un tema que sigue siendo crucial para los ciudadanos en medio de la incertidumbre y la polarización. Fiorella Molinelli, al expresar su satisfacción por la adhesión de Kuczynski, destacó la importancia de su experiencia y los "sabios consejos" que puede aportar a su nuevo partido. En su mensaje, se hace claro que esta unión no solo es simbólica, sino que se basa en una intención concreta de retomar y actualizar un plan que, según Molinelli, tiene un "buen contenido" y es esencial para el desarrollo del país, especialmente para las regiones más necesitadas. La exministra ha mencionado también que ha logrado reunir a figuras cercanas al gobierno de Kuczynski, como los excongresistas Janet Sánchez y Gilbert Violeta. Esta incorporación sugiere un intento de Fuerza Moderna de consolidar un bloque político que pueda competir de manera efectiva en las próximas elecciones, integrando a personas con experiencia y trayectoria en el ámbito político peruano. En una reciente entrevista, Molinelli puso énfasis en que su partido se enfocará en un desarrollo más territorial, apuntando a las necesidades específicas del sur del país. Este enfoque, que podría considerarse una respuesta crítica a las desigualdades regionales, resuena con un electorado que ha manifestado su descontento con la centralización de recursos y la falta de atención a las demandas locales. Sin embargo, el panorama electoral de 2026 se presenta complejo. Según estimaciones recientes, cerca de 60 partidos políticos podrían estar en condiciones de participar en los comicios. Esto plantea un desafío significativo tanto para Fuerza Moderna como para otros partidos, ya que la dispersión del voto podría beneficiar a aquellos que logren consolidar un mensaje claro y atractivo para los electores. El contexto también se complica con la presencia de figuras controversiales como Vladimir Cerrón, líder de Perú Libre, quien espera que la Corte Suprema anule su condena de corrupción y le permita presentarse como candidato presidencial. Este tipo de situaciones subraya la necesidad de un debate político más profundo y de propuestas concretas que apelen a la ciudadanía. Por otro lado, la dinámica política en el Perú sigue marcada por una falta de confianza en las instituciones y un rechazo generalizado hacia la corrupción. En este sentido, la unión de Kuczynski con Fuerza Moderna podría ser vista con escepticismo por algunos sectores de la población, que recuerdan los escándalos que llevaron a su renuncia en 2018. En este nuevo capítulo, la exministra Molinelli se muestra optimista. "Estoy segura y convencida de que este partido va a crecer", afirma, a pesar de reconocer que aún está en una fase de maduración. Este mensaje de esperanza contrasta con la realidad de un electorado cansado de promesas incumplidas y en busca de liderazgos auténticos. Así, la unión de PPK con Fuerza Moderna abre un nuevo espacio en la arena política peruana, donde se espera que la propuesta de un desarrollo inclusivo y territorial resuene con un electorado que busca soluciones efectivas a sus problemas. La pregunta que queda en el aire es si esta nueva alianza podrá capitalizar el descontento y las aspiraciones de mejora que la ciudadanía demanda con urgencia.