Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Hoy, 17 de agosto, Los Santos en Santander ha sido escenario de un temblor que ha llamado la atención de la población local y de las autoridades. Según el informe del Servicio Geológico Colombiano (SGC), el sismo fue de profundidad superficial, lo que suele intensificar la percepción del movimiento telúrico por parte de los habitantes. Afortunadamente, no se reportaron daños graves, lo que permite a la comunidad respirar un poco más aliviada tras el evento sísmico. La actividad sísmica en Colombia es un tema recurrente, dado que el país se encuentra en una zona geológica activa, debido a la interacción de varias placas tectónicas: Nazca, Sudamérica y Caribe. Esta interacción provoca una dinámica geológica compleja que resulta en la ocurrencia de sismos en diferentes regiones del territorio nacional, especialmente en las costas del Pacífico y del Caribe, así como en las áreas montañosas del país. En promedio, Colombia experimenta alrededor de 2.500 sismos al mes, cifra que equivale a aproximadamente 80 temblores diarios. Sin embargo, la mayoría de estos eventos son tan leves que pasan desapercibidos para la población. La reciente actividad sísmica en Los Santos es un recordatorio de que aunque muchos sismos no son sentidos, siempre existe la posibilidad de que se produzca un evento significativo. La percepción de un aumento en la actividad sísmica puede ser engañosa. Según el SGC, la sensación de que los temblores son más frecuentes en la actualidad se debe a una mayor conciencia y acceso a información sobre sismos, facilitados por tecnologías y canales de comunicación más efectivos. Esto ha permitido que más personas estén al tanto de los eventos sísmicos y reporten su experiencia a través de plataformas como "Sismo Sentido", una herramienta crucial para el monitoreo de los efectos en tiempo real. La recolección de información sobre la percepción de los sismos es fundamental. Cada vez que se reporta un temblor, el SGC invita a la población a llenar un formulario en línea que permite estimar los efectos del evento, así como la intensidad con que fue sentido. Estas acciones son fundamentales para que las entidades encargadas de la atención de emergencias puedan actuar de manera eficiente, ayudando a mitigar el impacto de futuros sismos. Los sismos, como fenómeno natural, son causados por la liberación de energía acumulada en la corteza terrestre, que se produce a través de dos mecanismos principales: el movimiento de las placas tectónicas y la actividad volcánica. Aun así, hay también factores humanos que pueden inducir sismos, como la extracción de recursos y la inyección de fluidos en el subsuelo. Esta variedad de causas resalta la complejidad del fenómeno sísmico y la necesidad de un estudio continuo. La magnitud y profundidad de un sismo se determinan mediante una red de estaciones de monitoreo que registran los movimientos del terreno. Mientras que la antigua escala de Richter ha sido reemplazada gradualmente por la escala de magnitud de momento, el enfoque en la precisión del monitoreo se ha vuelto más relevante que nunca. La magnitud de un sismo se expresa ahora de manera más clara, sin la referencia a grados, lo que permite una mejor comprensión del fenómeno. Los tipos de ondas generadas durante un sismo, como las ondas P y S, son registradas por estas estaciones y ayudan a determinar la ubicación y profundidad del temblor. Este conocimiento es esencial para comprender la naturaleza del sismo y evaluar su potencial impacto en las áreas circundantes. La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) recomienda a la población mantener la calma y seguir ciertas medidas en caso de un temblor. Conocer las rutas de evacuación, tener un plan de emergencia familiar y contar con un kit de suministros son acciones que pueden ser decisivas en momentos de crisis. En un país donde los sismos son una realidad, la preparación y la educación son clave para enfrentar los desafíos que estos fenómenos naturales presentan. La reciente experiencia en Los Santos es un recordatorio de que la vigilancia y la preparación son esenciales en la vida cotidiana de los colombianos.