Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que los vibrantes sonidos de la música resuenan a través de las colinas de Bannau Brycheiniog, uno de los festivales más queridos de Gales, Green Man, atrae la atención no solo por su ecléctica programación, sino también por un problema persistente en la industria: la brecha de género entre los artistas en el escenario. Aunque el festival muestra una representación encomiable de bandas femeninas, no binarias y de mayoría femenina, el panorama más amplio de los festivales de música en el Reino Unido sigue revelando una disparidad significativa. Una investigación reciente realizada por la compañía musical A2D2 pinta un cuadro alarmante de la representación de género en la música en vivo este verano. El estudio analizó 20 festivales en el Reino Unido y descubrió que por cada tres actos masculinos, solo hay un acto femenino en el escenario. Esta estadística inquietante resalta un desequilibrio sistémico que ha persistido a lo largo de los años, lo que ha llevado a músicos y defensores por igual a exigir un cambio urgente. Los artistas que se presentan en el Festival Green Man han expresado abiertamente sus preocupaciones respecto a esta disparidad de género. A pesar de la iniciativa del festival para lograr una programación más equilibrada, la abrumadora presencia masculina en otros lugares crea una narrativa que aún deja de lado a las músicos femeninas. "No se trata solo de números; se trata de representación y del reconocimiento del talento", señaló una artista femenina. "Necesitamos ver a más mujeres, artistas no binarias y de minorías recibiendo las mismas oportunidades que sus contrapartes masculinas." El Festival Green Man está dando pasos hacia la inclusión, con casi la mitad de su programación compuesta por intérpretes femeninas y no binarias. Este logro establece un punto de referencia en la industria, pero también plantea preguntas sobre las prácticas de otros festivales y el contexto cultural más amplio dentro de la comunidad musical. Muchos artistas están pidiendo una reevaluación colectiva de cómo se curan las programaciones, enfatizando la necesidad de un enfoque más equitativo. Los críticos argumentan que la falta de actos femeninos no es simplemente una cuestión de preferencia o demanda del mercado; en cambio, refleja problemas sociales más amplios, incluida la histórica subrepresentación de las mujeres en la música. "Este no es solo un problema del festival; es un problema de la industria", declaró otro intérprete. "Necesitamos cambiar la forma en que vemos el talento y quién obtiene visibilidad. La escena musical debería ser un reflejo de la diversidad en la sociedad." A medida que el Festival Green Man continúa celebrando su diversa programación, sirve como un recordatorio de que queda un trabajo significativo por hacer para cerrar la brecha de género en la industria musical. El compromiso del festival con la inclusión es encomiable, pero también subraya la urgente necesidad de un cambio sistémico en todo el circuito de festivales. Con voces que se alzan al unísono para exigir cambio, hay esperanza de que el futuro traerá una representación más equilibrada que honre los talentos de todos los artistas, independientemente de su género.