Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un panorama cinematográfico donde las historias de espías parecen ser una constante, Netflix presenta "El sindicato", una película con un guion que no logra destacar, pero que cuenta con la inconfundible química entre sus protagonistas, Halle Berry y Mark Wahlberg. A pesar de que la trama carece de originalidad, la elección de los actores mantiene el interés del público y sugiere que la taquilla podría ser generosa con este título. La dirección de Julian Farino se enfrenta a un reto considerable al lidiar con un argumento que parece haber sido extraído de la misma caja de ideas que alimenta a otras franquicias de espionaje, como "James Bond" o "Misión Imposible". La historia sigue a Mike McKenna, interpretado por Wahlberg, un obrero de construcción cuya vida rutinaria se ve interrumpida por su antiguo amor, Roxanne Hall, que se presenta con una misión secreta que podría cambiarlo todo. La premisa es familiar, pero a veces el carisma de los actores puede ser suficiente para atraer a los espectadores. La película se desarrolla en locaciones idílicas, incluyendo Trieste, lo que añade un toque visual atractivo. Sin embargo, la ausencia de innovaciones en la narrativa hace que el espectador se pregunte si el entorno es suficiente para sostener el interés. La propuesta de Roxanne a Mike se basa en la idea de que él es un “Don nadie”, lo que plantea la posibilidad de que un hombre común pueda convertirse en un héroe. Este enfoque puede resonar con la audiencia, pero la ejecución deja mucho que desear. La relación entre Roxanne y Mike es al mismo tiempo el corazón de la película y su mayor desafío. La historia de amor, que se desenvuelve a lo largo de la trama, es una mezcla de nostalgia y tensiones no resueltas. Aunque hay momentos que resuenan emocionalmente, la falta de profundidad en su desarrollo hace que se sienta superficial. La película parece más interesada en la acción y la aventura que en explorar las complejidades de su relación. Sin embargo, las interacciones entre los personajes principales ofrecen destellos de ingenio. En particular, hay una discusión significativa donde Roxanne confronta a Mike sobre el racismo de su padre, un momento que aporta un matiz inesperado y una crítica social. Este tipo de diálogo es lo que podría haber elevado la película a un nivel más reflexivo, pero lamentablemente es un destello en un mar de clichés. La actuación de J.K. Simmons como el jefe de la agencia de espías, Tom Brennan, es otro punto destacado. Simmons es un actor consumado que trae humor y agudeza a su papel, aunque su personaje podría haber sido mejor desarrollado. Por otro lado, la presencia de Dana Delany como la maestra Nicole aporta una dinámica interesante, aunque su papel se siente más como un relleno que como una contribución esencial a la narrativa. A medida que avanza la historia, también se presentan una serie de personajes secundarios, incluyendo compañeros de la agencia de espías que aportan algo de diversificación al elenco. Sin embargo, estos personajes a menudo se reducen a estereotipos, lo que limita su impacto en la trama. El villano, interpretado por Mike Colter, es poco más que un antagonista unidimensional, lo que resta fuerza a la narrativa. A pesar de las limitaciones del guion, "El sindicato" tiene todos los ingredientes que Netflix ha usado con éxito en el pasado: acción, un toque de romance y un esquema de espionaje. La película es probable que capte la atención de los suscriptores, alimentando el algoritmo que determina qué contenido se destaca en la plataforma. Sin embargo, a pesar de su potencial comercial, hay una sensación de que, si se decide a realizar una secuela, los cineastas tendrán mucho que mejorar. En conclusión, "El sindicato" es una película que podría haberse elevado más allá de un guion mediocre si hubiera apostado por una narrativa más profunda y personajes más complejos. Aunque destaca por la actuación de sus estrellas y por la presentación visual, no logra romper con la monotonía de un género saturado. El público puede disfrutar de la película, pero al final, la experiencia se siente efímera, como un suspiro en un mar de historias de espías que continúan inundando la pantalla.