Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Las intensas lluvias y vientos provocados por la tormenta tropical Ernesto han dejado una estela de daños significativos en varias regiones de Puerto Rico, llevando a las autoridades a cerrar varias carreteras y abrir refugios para los residentes en situación de riesgo. La PR-115, ubicada en el barrio Espinal, enfrenta restricciones severas en su tránsito, lo que ha generado preocupación en la comunidad. Personal de la Policía y Manejo de Emergencias se encuentran en el lugar, trabajando arduamente para evaluar la situación y garantizar la seguridad de los ciudadanos. En Loíza, la situación tampoco es sencilla. Siete residentes han decidido buscar refugio en la escuela Carlos Escobar López debido a la amenaza de inundación en sus hogares. Imágenes de la comunidad reflejan la angustia de estos ciudadanos, como la de Ana Sofía Escalera, quien, por su condición de salud, se encuentra encamada en el refugio. La llegada de Manuel Córdova González al albergue como medida de precaución resalta la preocupación general de la población ante el impacto de Ernesto. El municipio de Cayey también ha sufrido estragos, donde los fuertes vientos han provocado la caída de árboles, obstaculizando el tránsito y aumentando el riesgo de accidentes. Las autoridades han instado a los residentes a extremar precauciones y evitar áreas propensas a deslaves o inundaciones. Los servicios de emergencia están en alerta, y los equipos se despliegan para atender las incidencias conforme se presentan. Mientras tanto, en la Escuela Vicente Acevedo, se ha mantenido activo un refugio ante la alerta de crecida del Río Grande de Manatí. Este espacio se convierte en un salvavidas para aquellos que han visto amenazada la seguridad de sus hogares. Las autoridades han hecho un llamado a los ciudadanos para que se mantengan informados y sigan las recomendaciones de seguridad. El impacto de la tormenta también ha comenzado a ser palpable en el sector económico. Comerciales en Las Croabas, en Fajardo, se han preparado para enfrentar los posibles efectos adversos, con una de sus principales preocupaciones siendo la posible interrupción del servicio eléctrico. Este tipo de inconvenientes puede agravar aún más la situación, especialmente en áreas que ya han sufrido severos daños en el pasado. Las brigadas de LUMA Energy se han movilizado para restaurar el servicio eléctrico en las áreas afectadas, pero el camino hacia la recuperación será largo. El compromiso de las autoridades y el esfuerzo conjunto de los ciudadanos se tornan vitales para mitigar los efectos de esta tormenta y para la reconstrucción posterior. Las rutas de acceso, como la carretera PR-431 en Castañer y la PR-111 en Utuado, también han sido cerradas temporalmente debido a los peligros que representan. En el caso de la PR-431, el impacto del agua ha dejado daños considerables, mientras que en la PR-111 se ha reportado la presencia de tendido eléctrico en el camino, generando riesgos de incendios y accidentes. Ante esta alarmante situación, los organismos de seguridad han reiterado su llamado a la ciudadanía para que eviten transitar por estas carreteras y busquen alternativas. "Si no es una emergencia, permanezcan en casa", es el mensaje que se ha difundido ampliamente, enfatizando la importancia de la prevención. Los residentes están comenzando a evaluar los daños en sus propiedades y a hacer planes de recuperación, aunque el impacto emocional y físico de la tormenta aún se siente. Las autoridades locales continúan trabajando para proporcionar asistencia, pero el camino hacia la normalidad se presenta incierto y complicado. A medida que Puerto Rico se esfuerza por recuperarse de los estragos de la tormenta Ernesto, es crucial que los ciudadanos se mantengan alerta y en contacto con las autoridades para recibir información actualizada y asistencia en caso de emergencias. La comunidad, que ha demostrado resiliencia en el pasado, ahora enfrenta otro desafío, pero con el apoyo mutuo y la solidaridad, hay esperanza en el horizonte.