Creciente preocupación por el consumo de drogas en estudiantes universitarios

Creciente preocupación por el consumo de drogas en estudiantes universitarios

El consumo de drogas entre estudiantes universitarios preocupa a padres. La Dra. Grimes advierte sobre riesgos y la necesidad de comunicación abierta.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 15.08.2024

La preocupación de los padres sobre el consumo de drogas entre los estudiantes universitarios es cada vez más palpable. La Dra. Jill Grimes, experta en salud universitaria y autora de "The Ultimate College Student Health Handbook", ha sido testigo de esta inquietud en su práctica médica. Según sus experiencias, raramente pasa una semana sin que reciba un mensaje de texto o una llamada desesperada de algún padre cuyo hijo está en una sala de emergencias debido a problemas relacionados con sustancias. Los datos respaldan esta situación preocupante. Los adultos jóvenes, específicamente aquellos de entre 18 y 25 años, son responsables del 11,1 % de más de 7,7 millones de visitas anuales a salas de emergencia relacionadas con las drogas en Estados Unidos. Un informe reciente de la Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias reveló que este grupo etario tiene la tasa más alta de visitas a emergencias por consumo de cannabis, lo que indica un panorama alarmante que los padres deben tener en cuenta. Grimes explica que muchas veces, los padres asumen que su hijo, que ha sido un estudiante responsable y respetuoso de la ley, no caería en el consumo de drogas. Sin embargo, esta creencia resulta ser un mito peligroso. La realidad es que incluso los estudiantes más brillantes y con un historial ejemplar pueden verse atraídos por las drogas. La presión académica y social puede llevar a estos jóvenes a experimentar con sustancias, a menudo en busca de alivio o para mejorar su rendimiento. Uno de los mitos más comunes es la imagen estereotipada de los traficantes de drogas. La Dra. Grimes señala que muchos de estos "traficantes" son, de hecho, estudiantes universitarios que parecen completamente normales. La venta de medicamentos recetados, como estimulantes para el TDAH, se ha vuelto una práctica común entre los estudiantes. Esto puede comenzar cuando un joven, abrumado por la carga de trabajo, acepta una pastilla de un compañero para poder concentrarse, lo que puede abrir la puerta a un ciclo de consumo potencialmente dañino. Además, los comestibles de cannabis, como los caramelos de goma, están diseñados para parecer inofensivos y atractivos, lo que los hace aún más peligrosos. Estos productos, que a menudo tienen envoltorios coloridos y gráficos infantiles, pueden atraer a estudiantes que de otro modo no consumirían drogas. La Dra. Grimes advierte que, si bien pueden parecer inofensivos, contienen altas concentraciones de THC que son mucho más potentes que las variedades de años anteriores, lo que conlleva un riesgo significativo de adicción. El consumo de cannabis ha dejado de ser un mero acto de experimentación. Investigaciones recientes indican que casi el 40% de los estudiantes universitarios han consumido cannabis, independientemente de su legalidad en el estado. La marihuana actual es más potente, con concentraciones de THC superiores al 20%, lo que puede llevar a efectos adversos inesperados, incluyendo la adicción. La Dra. Grimes subraya que, aunque muchos estudiantes creen que es seguro, el riesgo de desarrollar dependencia es muy real. Otro mito es que solo los estudiantes que asisten a fiestas consumen drogas. Sin embargo, la Dra. Grimes destaca que muchos estudiantes recurren a las drogas como una forma de automedicarse para manejar el estrés, la ansiedad o la presión académica. Buscan una manera de funcionar en su vida diaria, no necesariamente una experiencia de euforia. Esta búsqueda de alivio puede llevar a decisiones peligrosas y a un ciclo de consumo de sustancias. La negación entre los estudiantes sobre sus propias acciones también es alarmante. Muchos no se consideran traficantes de drogas, incluso cuando están vendiendo medicamentos recetados a sus compañeros. Esta desconexión puede hacer que las consecuencias legales, así como los riesgos para su salud, se minimicen o ignoren. Ante esta situación, es crucial que los padres estén informados y preparados. La Dra. Grimes sugiere que incluyan un aerosol de Narcan en el botiquín de primeros auxilios de su hijo. Este medicamento puede revertir una sobredosis de opioides y es esencial tenerlo a la mano, dado el aumento en el consumo de fentanilo entre jóvenes. Además, es vital que los padres fomenten un ambiente donde sus hijos se sientan seguros al buscar ayuda médica si enfrentan problemas de salud mental o consumo de sustancias. El apoyo y la comunicación abierta son fundamentales en este contexto. Los padres deben animar a sus hijos a buscar ayuda antes de que sientan que están en crisis. La salud mental y el bienestar emocional son temas cruciales que deben ser discutidos sin tabúes, y es responsabilidad de los padres facilitar estas conversaciones. En resumen, la realidad del consumo de drogas entre estudiantes universitarios es compleja y más cercana a la vida cotidiana de lo que muchos padres podrían imaginar. La educación, el diálogo y la prevención son herramientas esenciales para enfrentar este desafío y proteger a los jóvenes en su transición hacia la adultez.

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