Crecimiento del 1,5% en economía colombiana genera esperanzas y desafíos futuros

Crecimiento del 1,5% en economía colombiana genera esperanzas y desafíos futuros

La economía colombiana creció un 1,5% en el primer semestre de 2024, impulsada por la agricultura, pero enfrenta dudas sobre la sostenibilidad.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro

La economía colombiana ha mostrado un crecimiento del 1,5% durante el primer semestre de 2024, un dato que, aunque modesto, genera expectativas ante la falta de un plan de reactivación formal por parte del gobierno. A pesar de la incertidumbre, el Producto Interno Bruto (PIB) del país creció un 2,8% en el segundo trimestre en comparación con el mismo periodo del año anterior, lo que supone un alivio tras el bajo incremento del 0,7% que se registró en el primer trimestre. Este repunte ha comenzado a cambiar la narrativa económica del país, aunque los analistas prefieren hablar de normalización en lugar de recuperación. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) presentó estos datos, que ofrecen un atisbo de esperanza en medio del estancamiento que ha caracterizado a la economía colombiana. La agricultura ha sido uno de los motores clave de este crecimiento, con un impresionante aumento del 10,2%, impulsado por precios internacionales favorables de productos como el café. Asimismo, el sector de las actividades artísticas ha crecido un 11,1%, una categoría que incluye desde apuestas hasta conciertos y que, a pesar de su controversia, está contribuyendo significativamente al PIB. Este crecimiento agrícola ha permitido al campo colombiano aportar un 2,4% al PIB total. La directora del DANE, Piedad Urdinola, destacó que, a pesar de los retos en el sector lácteo y la ganadería, el campo sigue mostrando un dinamismo que resulta fundamental para la economía. Sin embargo, este crecimiento no ha venido acompañado de un aumento correspondiente en la inversión, lo que plantea serias dudas sobre la sostenibilidad de este repunte a largo plazo. La inversión se ha convertido en la gran sombra que acecha a la economía colombiana. Con una caída en sectores fundamentales como la minería (-3,3%) y la industria (-1,6%), los analistas han llamado la atención sobre la importancia de fomentar la inversión productiva como una vía para asegurar el crecimiento futuro. El comercio, aunque ha mostrado un leve crecimiento del 0,2%, no es suficiente para contrarrestar el estancamiento en otros sectores. Los resultados trimestrales han superado las expectativas iniciales de entidades financieras, que preveían un crecimiento entre el 1,9% y el 3%. Sin embargo, a pesar de estos resultados alentadores, las preocupaciones sobre las finanzas públicas continúan. Los gastos del gobierno, que crecieron un 2,0% gracias a contrataciones estatales y un consumo gubernamental activo, han funcionado como un motor para el PIB, aunque su sostenibilidad a largo plazo es cuestionable. A medida que el gobierno de Colombia se prepara para presentar un plan de reactivación a finales de septiembre, la atención se centra en cómo podrán el sector público y privado unirse para abordar las debilidades estructurales que afectan a la economía. La falta de inversión y el estancamiento en sectores clave son desafíos que no se pueden ignorar si se busca un crecimiento sólido y sostenido en el futuro. La situación actual podría ser vista como un momento de transición, donde la economía empieza a mostrar signos de vida tras los estragos causados por la pandemia. Sin embargo, la encrucijada se presenta en la forma de un plan de reactivación que aún no se ha materializado. Los expertos advierten que sin una estrategia clara y efectiva, el crecimiento actual podría ser efímero. El futuro de la economía colombiana dependerá, en gran medida, de la capacidad del gobierno para implementar políticas que fomenten la inversión y la confianza en los sectores productivos. La combinación de un entorno económico incierto y la necesidad urgente de reformas estructurales son retos que deben afrontarse con valentía y determinación. En conclusión, la economía colombiana ha mostrado señales de crecimiento que, si bien son alentadoras, deben ser vistas con cautela. La falta de un plan de reactivación sólido y las sombras que acechan a la inversión demandan atención inmediata. El tiempo dirá si este crecimiento es el inicio de una recuperación sostenible o si, por el contrario, es un espejismo en un desierto de incertidumbre económica.

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