Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La alerta de posible gran terremoto en la Fosa de Nankai, que había sido emitida el 8 de agosto, está programada para ser levantada hoy a las 17:00 horas, siempre y cuando no se registren cambios significativos en la actividad sísmica o en la deformación de la corteza terrestre. Así lo anunció el ministro de Gestión de Desastres, Yoshifumi Matsumura, quien ha instado a la población a mantenerse informada y alerta, a pesar de que los últimos informes de la Agencia Meteorológica de Japón no han mostrado señales preocupantes. Desde el jueves pasado, la comunidad científica y las autoridades han estado en estado de alerta ante la posibilidad de un gran terremoto en esta región. La Fosa de Nankai es conocida por su historial de actividad sísmica, y el temor a un megaterremoto ha sido un tema recurrente en la agenda de prevención de desastres en Japón. Sin embargo, los últimos datos indican que, hasta el mediodía de ayer, no se habían observado cambios significativos que justifiquen la continuidad de la alerta. Matsumura enfatizó que, a pesar de que la alerta será levantada, la vigilancia no se puede relajar. La geografía de Japón, situada en el anillo de fuego del Pacífico, lo convierte en un país propenso a terremotos, lo que hace imperativo que tanto la población como las autoridades permanezcan atentos a cualquier indicio de actividad sísmica. Este recordatorio es especialmente relevante en un país que ha experimentado devastadores terremotos en el pasado. El levantamiento de la alerta llega en un momento en que muchos ciudadanos se sienten aliviados, pero también en estado de incertidumbre. La memoria de desastres pasados, como el terremoto de Tōhoku en 2011, sigue presente en la mente colectiva de los japoneses. Sin embargo, la preparación y la educación sobre cómo reaccionar ante un terremoto continúan siendo elementos cruciales en la política de gestión de desastres del país. Las autoridades han instado a la población a mantener comportamientos preventivos y a no bajar la guardia. A pesar de la tranquilidad que pueda proporcionar el levantamiento de la alerta, la posibilidad de un terremoto sigue latente. Es por ello que los simulacros, las revisiones de los planes de emergencia y el almacenamiento de suministros son prácticas que deben seguir implementándose en las comunidades. La Fosa de Nankai es un área de especial preocupación, no solo por su historia sísmica, sino también por su capacidad para generar tsunamis devastadores. De hecho, en las últimas décadas, la investigación ha mostrado que un evento sísmico en esta región podría resultar en un tsunami que afectaría a numerosas localidades costeras, lo que subraya la importancia de una preparación adecuada. La comunidad científica sigue monitoreando la zona de cerca y ha desarrollado herramientas más sofisticadas para detectar cambios en la actividad sísmica. Sin embargo, el comportamiento impredecible de la naturaleza significa que nunca se puede garantizar completamente la seguridad. Por esta razón, la educación pública sobre los riesgos sísmicos y la preparación ante desastres es más importante que nunca. A medida que se levanta la alerta, muchos ciudadanos se preguntan cómo pueden contribuir a la seguridad de sus familias y comunidades. Las autoridades locales han comenzado a ofrecer talleres y recursos en línea para ayudar a la población a entender mejor los riesgos y las medidas que pueden tomar para protegerse. El gobierno japonés se mantiene firme en su compromiso de priorizar la seguridad de sus ciudadanos ante potenciales desastres naturales. Con el levantamiento de la alerta de hoy, se espera que la población respire un poco más aliviada, pero la lección más importante sigue siendo la necesidad de estar siempre preparados y educados ante la posibilidad de un futuro terremoto. La naturaleza es a menudo impredecible, y en Japón, donde los terremotos son una parte de la vida, la preparación es la clave para la resiliencia.