Tormenta tropical Ernesto amenaza Puerto Rico con fuertes vientos y lluvias intensas

La tormenta tropical Ernesto avanza con fuerza hacia Puerto Rico, intensificando las preocupaciones entre sus ciudadanos y las autoridades locales. Durante una reciente rueda de prensa, el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, informó que se anticipa que los vientos de la tormenta alcanzarán su pico alrededor de la medianoche, con efectos que se prolongarán hasta el día siguiente. Las advertencias no se limitan solo a los vientos, ya que las condiciones marítimas son descritas como "muy malas", lo que representa un riesgo significativo para la navegación y la seguridad en las costas. Ernesto, que ha sido catalogado por el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, presenta vientos sostenidos de hasta 95 kilómetros por hora, lo que ha llevado a la emisión de una vigilancia de huracán para las Islas Vírgenes y las islas puertorriqueñas de Vieques y Culebra. Puerto Rico, por su parte, se encuentra bajo un aviso de tormenta tropical, lo que indica que las condiciones adversas se están acercando rápidamente. Las proyecciones de la tormenta señalan que Puerto Rico puede experimentar inundaciones severas debido a la conjunción de grandes oleajes y lluvias intensas. Se esperan entre 6 y 10 pulgadas de lluvia en el interior, mientras que en las costas se anticipan olas rompientes que podrían alcanzar los 5 metros de altura. Estas condiciones podrían resultar devastadoras para áreas ya vulnerables a las inundaciones. Como respuesta a la inminente amenaza, las autoridades isleñas han cerrado los puertos marítimos y han suspendido el transporte marítimo hacia Vieques y Culebra. Además, el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín ha visto el impacto directo de la tormenta, con al menos 18 vuelos cancelados por aerolíneas locales e internacionales, lo que deja a muchos viajeros varados y genera inquietud entre los ciudadanos. La preparación ha sido clave en estos momentos críticos. Desde el cierre de escuelas y universidades hasta la clausura anticipada de centros comerciales, los puertorriqueños están tomando medidas para asegurarse de que estén listos para enfrentar el embate de Ernesto. Las largas filas en las gasolineras y supermercados son una imagen común, ya que los habitantes buscan abastecerse de alimentos y combustible, una necesidad básica ante la incertidumbre de los próximos días. El Departamento de Asuntos al Consumidor (DACO) ha intentado aliviar las preocupaciones sobre la escasez de combustible, asegurando que hay suficiente abasto en la isla. No obstante, la ansiedad persiste, especialmente después de los eventos recientes relacionados con el huracán Fiona, que dejó a muchos sin electricidad durante un tiempo prolongado. La pregunta que ronda en el aire es hasta cuándo permanecerán sin servicio las comunidades afectadas. Mientras tanto, el gobernador Pierluisi ha confirmado que hay albergues habilitados para aquellos que necesiten refugio, con 42 personas ya refugiadas en diferentes municipios. Las autoridades están haciendo un llamado a los ciudadanos para que se preparen ante la posibilidad de cortes de energía, lo que podría complicar aún más la situación. La agencia FEMA ha advertido sobre la posibilidad de "grandes cortes de energía", un recordatorio de los desafíos que aún enfrenta la infraestructura eléctrica en la isla. Por su parte, LUMA Energy, responsable de la transmisión eléctrica, ha declarado que están listos para gestionar la situación, aunque han evadido comprometerse a un plazo específico para la restauración del servicio. Su presidente, Juan Saca, ha indicado que la duración de cualquier interrupción dependerá de la intensidad del clima, lo que deja a muchos en la incertidumbre. El panorama no es menos preocupante en otras islas del Caribe que han sido azotadas por la tormenta. Antigua y Guadalupe ya están sintiendo los efectos de Ernesto, con carreteras inundadas y sistemas eléctricos comprometidos. Las alertas de tormenta tropical se han extendido a numerosas islas de la región, lo que genera una sensación de vulnerabilidad compartida ante la furia de la naturaleza. Con el avance de Ernesto, la resiliencia de los puertorriqueños será puesta a prueba una vez más. Las lecciones aprendidas de huracanes pasados están en la mente de muchos, y aunque la comunidad está acostumbrada a enfrentar estos desafíos, cada tormenta trae consigo nuevas incertidumbres y riesgos. En este contexto, la unidad y la preparación serán fundamentales para salir adelante, mientras se espera que la tormenta pase y las aguas vuelvan a calmarse. La vigilancia continúa, y la esperanza por mejores días se mantiene firme en el corazón de los puertorriqueños.