Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En una importante batalla legal que destaca la tensión entre los valores familiares tradicionales y las normas sociales en evolución en China, una mujer ha perdido su caso contra un hospital de Pekín que le negó la oportunidad de congelar sus óvulos, citando su estado civil de soltera. Xu Zaozao, ahora de 36 años, inició su demanda en 2019 después de ser rechazada para el procedimiento, que permite a las mujeres posponer el embarazo mientras preservan sus óvulos para uso futuro. La decisión del tribunal refleja un sentimiento predominante en el país, donde el matrimonio y la maternidad aún se consideran interrelacionados. A pesar del creciente interés entre las mujeres solteras en la congelación de óvulos—que a menudo se persigue para equilibrar las aspiraciones profesionales y la vida personal—la ley china actualmente permite el procedimiento solo para parejas casadas que enfrentan problemas de infertilidad. Esto se alinea con la narrativa más amplia promovida por las autoridades chinas, que fomentan el matrimonio y la maternidad temprana como una forma de contrarrestar las tasas de natalidad en declive. El Tribunal Intermedio del Pueblo No. 3 de Pekín falló a favor del hospital, afirmando que su decisión era consistente con las leyes y normas sociales existentes. La derrota inicial de Xu en 2022 la llevó a apelar, y durante un anuncio transmitido en vivo sobre la decisión el 8 de agosto, expresó su determinación de continuar abogando por el cambio. Con su cabello corto y decolorado y una actitud resuelta, comentó: "Creo que va en la dirección correcta. La opinión pública ha cambiado bastante en los últimos años". El caso de Xu ha generado conversaciones sobre la necesidad de reformas en las políticas familiares y de salud en China. Los analistas señalan que si estas políticas evolucionaran, podría conducir a un cambio en los estándares éticos relacionados con los derechos reproductivos de las mujeres solteras. Ha habido discusiones en el Congreso Nacional del Pueblo sobre este mismo tema desde 2020, pero el progreso sigue siendo lento, con la institución limitada a un papel consultivo y convocándose solo una vez al año. A pesar del contratiempo, Xu se mantiene optimista sobre el futuro de las mujeres solteras en China. Su lucha legal ha ganado una tracción significativa en las redes sociales y en los medios estatales, reflejando un creciente reconocimiento de las complejidades que rodean los derechos de las mujeres en el país. En su opinión, la representación de las madres solteras en la sociedad a menudo tiende al estigma, etiquetándolas como víctimas o figuras moralmente cuestionables. "Quería demostrar que las mujeres solteras pueden tomar la decisión de quedar embarazadas con honor", afirmó, enmarcando su lucha como parte de un movimiento más amplio por los derechos de las mujeres sin identificarse abiertamente como activista, una estrategia impulsada por los riesgos potenciales asociados con la disidencia en China. A medida que la nación lidia con la disminución de las tasas de natalidad y busca fomentar el crecimiento familiar, el caso de Xu Zaozao sirve como un recordatorio crítico de la intersección entre la autonomía personal y las expectativas sociales. Su determinación podría ser el catalizador de un cambio en la forma en que se perciben y legislan los derechos reproductivos en un país tradicionalmente arraigado en valores conservadores.