Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Un intenso incendio forestal avanza sin control en las afueras al norte de Atenas, amenazando a los suburbios y provocando múltiples órdenes de evacuación. Desde su inicio el pasado domingo por la tarde, el fuego ha arrasado con viviendas y negocios, así como ha generado una densa capa de humo que se ha extendido sobre el centro de la capital griega. La situación se ha vuelto crítica, ya que los esfuerzos de cientos de bomberos, apoyados por numerosas aeronaves que descargan agua, se ven obstaculizados por fuertes vientos. Los datos recientes indican que el incendio ha afectado a aproximadamente 10 mil hectáreas de terreno, con llamas que han alcanzado alturas superiores a los 25 metros. La magnitud de esta emergencia ha llevado a Grecia a solicitar asistencia internacional, activándose así el mecanismo de protección civil de Europa. Países como Francia, Italia, República Checa, Turquía y España han ofrecido apoyo, enviando equipos de bomberos, aviones y helicópteros para ayudar en la extinción del incendio. La situación se agrava a medida que las autoridades informan sobre 15 personas heridas, la mayoría de ellas por inhalación de humo. Los hospitales de la región están en alerta ante un posible aumento de heridos, y se han evacuado tres hospitales, incluyendo uno infantil, así como dos monasterios y un centro para menores. La desesperante situación ha llevado a las autoridades a emitir más de 30 alertas de evacuación a los residentes a través de sus teléfonos móviles. Los testimonios de los vecinos son preocupantes. Spyros Gorilas, un habitante de Dioni, describe una experiencia aterradora: "El viento soplaba en una dirección y luego en otra. El humo era asfixiante. No podía ver nada". Su relato ilustra la urgencia y el peligro que enfrentan aquellos que intentan proteger sus hogares mientras el fuego consume todo a su paso. El incendio se ha reavivado en más de 40 ocasiones en zonas donde parecía haber remitido. Las condiciones climáticas, con un verano marcado por sucesivas olas de calor y un invierno inusualmente seco, han contribuido a la rápida propagación del fuego. Esta situación ha llevado a las autoridades a clasificar la emergencia como excepcionalmente peligrosa, y el jefe del sindicato de bomberos de Grecia, Nikos Lavranos, ha expresado la fatiga de los equipos de rescate que han estado trabajando intensamente durante meses. El despliegue de recursos es significativo, con más de 700 bomberos y 27 equipos especializados en combate contra incendios, apoyados por fuerzas armadas y más de 190 vehículos. Además, se han movilizado 17 aviones y 16 helicópteros para brindar apoyo aéreo en la lucha contra las llamas. Sin embargo, las autoridades son conscientes de que el desafío es monumental, ya que el fuego avanza en dos frentes, y hay áreas de difícil acceso que complican las labores de extinción. La Guardia Costera también se ha visto involucrada, desviando ferrys del puerto de Rafina hacia Lavrion debido a la cercanía del incendio. Al mismo tiempo, se han habilitado centros deportivos y habitaciones en hoteles para albergar a los evacuados. La respuesta ha sido coordinada, con la participación de 380 agentes de policía que han colaborado en las evacuaciones, algunos incluso transportando a ancianos a lugares seguros en medio de la situación caótica. Los meteorólogos han alertado sobre el riesgo agravado de incendios, y la mitad del país se encuentra en alerta roja. Esto subraya la gravedad de la crisis ambiental que enfrenta Grecia, un país que ha visto un aumento significativo en la frecuencia y la intensidad de los incendios forestales en los últimos años, exacerbados por el cambio climático. La memoria del devastador incendio de Mati en 2018, que dejó más de 100 muertos, sigue presente en la conciencia colectiva de los griegos. Este año, otros incendios han cobrado vidas, incluyendo 20 muertes el año pasado, y ponen de manifiesto la urgente necesidad de medidas efectivas para proteger tanto a las personas como al medio ambiente. En medio de esta crisis, se hace evidente que la lucha contra los incendios forestales en Grecia es un reto que no solo requiere esfuerzos locales, sino también colaboración internacional, recursos adecuados y un enfoque integral para mitigar el impacto del cambio climático. A medida que el fuego continúa su camino destructivo, la esperanza es que las lluvias y un cambio en las condiciones climáticas puedan ofrecer un alivio en los días venideros.