Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Este lunes 12 de agosto de 2024, los veracruzanos experimentaron un evento sísmico que generó inquietud en la población con dos sismos registrados en menos de diez minutos. El primero, un movimiento de magnitud 3.8, fue percibido en el norte del estado, específicamente en el municipio de Coatzintla, mientras que el segundo, con magnitud de 4.0, se registró en Jáltipan de Morelos, al sur de Veracruz. Ambos temblores, aunque de magnitudes moderadas, recordaron a los residentes la actividad sísmica que puede afectar a esta región. A las 10:52 horas, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) reportó el primer sismo, situado a 28 kilómetros al oeste de Coatzintla y con una profundidad de 5 kilómetros. A pesar de su baja magnitud, la sensación de movimiento fue evidente entre los ciudadanos, quienes rápidamente acudieron a las redes sociales para compartir sus experiencias. En Poza Rica, municipio vecino, muchas personas también reportaron haber sentido el temblor, lo que intensificó la preocupación en la zona. La Secretaría de Protección Civil del Estado de Veracruz se pronunció rápidamente tras los sismos, confirmando que no se habían reportado daños ni lesiones en la población a raíz del primer temblor. No obstante, el gobierno municipal de Coatzintla activó el número de emergencias 911 por si se necesitara asistencia adicional. Esta respuesta oportuna es un recordatorio de la importancia de estar preparados para cualquier eventualidad sísmica. Menos de diez minutos después, a las 11:00 horas, el SSN registró un segundo sismo, esta vez en Jáltipan de Morelos. Situado a 41 kilómetros al sur de la cabecera municipal y a una profundidad notable de 162 kilómetros, este temblor fue más fuerte, alcanzando una magnitud de 4.0. La distancia y la profundidad del evento podrían haber reducido su impacto en la percepción ciudadana, aunque no se debe subestimar el potencial de cualquier actividad sísmica. Las autoridades locales han instado a la población a mantener la calma y estar atenta a la información oficial. El monitoreo de los movimientos sísmicos es constante en la región, y la población ha sido educada sobre la importancia de tener un plan de emergencia. Sin embargo, la sensación de inseguridad persiste, especialmente en áreas propensas a sismos. Los sismos de hoy también han revivido en la memoria colectiva de los veracruzanos situaciones pasadas de mayor intensidad, lo que ha llevado a muchos a cuestionar la preparación del estado ante un evento sísmico más grave. Las autoridades han asegurado que continúan trabajando en la mejora de las infraestructuras y en programas de capacitación para la población. A medida que se difunden más datos sobre los temblores, los expertos en sismología analizan las causas y el contexto de estos eventos. La actividad sísmica en México es frecuente debido a su ubicación geográfica en el Cinturón de Fuego del Pacífico, y Veracruz no es la excepción. Los habitantes deben estar siempre alerta y preparados para reaccionar ante cualquier eventualidad. El hecho de que dos sismos hayan ocurrido tan cerca en el tiempo ha generado una serie de especulaciones sobre la actividad tectónica en la región. Si bien estos movimientos fueron de magnitudes consideradas menores, es esencial que la población mantenga un enfoque proactivo en cuanto a la seguridad. Se espera que los sismos de hoy sirvan como un recordatorio de la importancia de contar con medidas de prevención y una cultura de protección civil en toda la población. La resiliencia ante desastres naturales es clave para mitigar los impactos en la vida diaria de los veracruzanos. Finalmente, es fundamental que la ciudadanía continúe informándose y participando en los simulacros y capacitaciones que ofrece el gobierno local. La educación sobre la sismicidad y la preparación ante un posible desastre son herramientas vitales para enfrentar los retos que presenta la geografía del estado.