Alertan sobre riesgo de tsunami en Chile tras sismo de 7.1 en Japón

El reciente aviso de potencial "megaterremoto" en Japón, tras un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter, ha encendido las alarmas tanto en el país nipón como en Chile, donde los expertos advierten sobre las posibles repercusiones de un maremoto. En una conversación exclusiva con el programa "Buenos Días a Todos", el geofísico Cristián Farías, de la Universidad Católica de Temuco, proporcionó un análisis detallado sobre cómo la ocurrencia de un tsunami en Japón podría afectar las costas chilenas. La Agencia Meteorológica de Japón ha puesto en alerta a la población, informando que, a pesar de que la posibilidad de un gran terremoto es más alta de lo normal, no se puede confirmar con certeza la inminencia de un evento sísmico devastador. Este tipo de advertencias se han vuelto más habituales desde el devastador terremoto de 2011, que provocó el accidente nuclear de Fukushima, llevando a las autoridades a implementar un nuevo sistema de alertas. Este contexto histórico ha dejado lecciones sobre cómo prevenir y reaccionar ante desastres de esta magnitud. Farías destacó la relación entre ambos países en el contexto de tsunamis, señalando que la geografía y la actividad tectónica hacen que Japón y Chile sean "vecinos curiosos", compartiendo la experiencia de ser emisores y receptores de tsunamis. En sus declaraciones, recalcó que un posible megaterremoto en Japón podría desencadenar un tsunami que se desplazaría a través del Océano Pacífico, con un impacto significativo en las costas chilenas. El geofísico advirtió que, aunque todo el litoral chileno estaría expuesto, las áreas más vulnerables se encuentran en el centro del país. Bahías como Dichato y Talcahuano, por su particular forma, podrían experimentar olas amplificadas, lo que hace que estas zonas sean críticas a la hora de prever la llegada de un tsunami. "Estas bahías son lugares donde se pueden amplificar las olas de tsunami, y es ahí donde se debe poner el ojo", enfatizó Farías. El experto también mencionó que, en caso de un evento catastrófico, Chile tendría un tiempo estimado de 20 horas para prepararse. Esto proporciona un margen considerable para la activación de protocolos de emergencia, evacuaciones y otras medidas de seguridad. La respuesta ante un tsunami requiere una coordinación efectiva, y este tiempo podría ser crucial para salvar vidas. Además, Farías resaltó la labor del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), que ha avanzado significativamente en el monitoreo del mar desde 2010. Este progreso implica que el país está mejor preparado para detectar movimientos sísmicos en el océano y actuar de manera oportuna ante la llegada de un tsunami. La inversión en tecnología de monitoreo y en la capacitación de personal ha sido clave para mejorar la capacidad de respuesta del país. La preocupación por un potencial tsunami no es infundada, considerando la historia sísmica de ambos países. Chile ha sido escenario de varios terremotos devastadores, y la experiencia previa en la gestión de desastres es un aspecto que no se debe subestimar. La población debe estar informada y educada acerca de las medidas de seguridad y los protocolos a seguir en caso de un evento de esta naturaleza. En conclusión, la posibilidad de un tsunami generado por un megaterremoto en Japón es un recordatorio de la interconexión geológica entre los países del Pacífico. La preparación, la educación y el monitoreo constante son herramientas clave para mitigar el impacto de estos desastres naturales. Con la experiencia acumulada y los avances tecnológicos, Chile se encuentra en una mejor posición para enfrentar posibles emergencias, aunque nunca debe bajar la guardia ante la fuerza de la naturaleza. La historia ha demostrado que estar preparados es fundamental para proteger a la población y minimizar los daños ante un fenómeno tan destructivo como un tsunami.