Los alimentos para bebés australianos no cumplen con los estándares de la OMS, lo que provoca una urgente llamada a la acción regulatoria.

Los alimentos para bebés australianos no cumplen con los estándares de la OMS, lo que provoca una urgente llamada a la acción regulatoria.

Un estudio revela que ninguna comida para bebés australiana cumple con los estándares nutricionales de la OMS, lo que genera preocupaciones sobre el marketing engañoso y la salud infantil.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 12.08.2024

Un estudio exhaustivo realizado por el Instituto George para la Salud Global ha revelado una realidad sorprendente para los padres australianos: ningún producto alimenticio para bebés o niños pequeños disponible en los supermercados cumple con los estándares nutricionales establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este alarmante hallazgo ha suscitado preocupaciones significativas sobre la salud y el bienestar de los infantes y niños pequeños en Australia, un grupo demográfico que requiere una nutrición óptima para un crecimiento y desarrollo saludables. El estudio evaluó más de 300 productos específicamente comercializados para niños de seis meses a tres años, centrándose en su cumplimiento con el modelo de perfil de nutrientes y promoción de la OMS. Los resultados fueron impactantes: más de tres cuartas partes de estos productos no cumplían con los requisitos nutricionales básicos, y ninguno se adhería a los estándares promocionales diseñados para proteger a los consumidores de afirmaciones engañosas. La Dra. Daisy Coyle, dietista y autora del estudio, enfatizó la importancia de estos hallazgos, afirmando que deberían servir como un llamado urgente a la acción para los responsables de políticas en Australia. Regulaciones más estrictas son cruciales para mejorar la calidad nutricional de los alimentos para bebés y niños pequeños y para combatir las prácticas de marketing engañosas que inducen a los padres a creer que están tomando decisiones saludables para sus hijos. La investigación iluminó una tendencia preocupante en el empaquetado de estos productos, donde abundan afirmaciones engañosas como “libre de colorantes y sabores”, “orgánico” y “sin azúcares añadidos”. En promedio, cada producto presentaba 6.7 afirmaciones, con algunos presumiendo hasta 21. Estas tácticas de marketing pueden oscurecer el contenido nutricional real, llevando a los padres a asumir erróneamente que están tomando las decisiones correctas para sus hijos. Por ejemplo, un producto etiquetado como "brócoli, espinaca y manzana" podría estar compuesto predominantemente de puré de manzana—hasta un 70%, en algunos casos—engañando a los padres sobre sus verdaderos beneficios para la salud. Además, el estudio encontró que los envases tipo pouch, que se han vuelto cada vez más populares, representaron más del 50% de todos los productos alimenticios para bebés en los supermercados. Alarmantemente, solo la mitad de estos cumplía con los estándares de la OMS para el contenido de azúcar. Los investigadores destacaron que las preferencias de sabor en desarrollo de los niños están fuertemente influenciadas por la dulzura de su comida, y la constante adición de frutas a opciones saladas está moldeando esas preferencias de maneras potencialmente poco saludables. La Dra. Catharine Fleming, profesora de salud pública y especialista en nutrición pediátrica, describió los hallazgos como "preocupantes", señalando que los padres a menudo se sienten abrumados por la información engañosa presentada en el empaquetado de alimentos. Con la actual consulta pública del gobierno federal destinada a mejorar los alimentos para bebés y niños pequeños producidos comercialmente, el momento de esta investigación es particularmente significativo. El estudio sirve como un recordatorio crucial de la necesidad de una mejor regulación y transparencia en la industria alimentaria, especialmente en lo que respecta a productos dirigidos a los miembros más jóvenes y vulnerables de la sociedad. A medida que los padres navegan por las complejidades de las elecciones alimentarias durante un período crítico de crecimiento y desarrollo, el acceso a información precisa sobre la calidad nutricional de los productos disponibles es más importante que nunca. Además de cambios regulatorios inmediatos, los investigadores abogan por más estudios sobre los riesgos para la salud asociados con los alimentos ultraprocesados, particularmente a medida que evolucionan las tendencias en la fabricación de alimentos. A medida que el panorama de los alimentos para bebés continúa cambiando, garantizar el bienestar y la salud de los niños debe seguir siendo una prioridad tanto para los responsables de políticas como para los fabricantes.

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