Juan Brignardello Vela
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El encuentro entre Universitario y Sport Huancayo se convirtió en un espectáculo digno de recordar, no solo por la calidad del fútbol expuesto, sino también por el contexto en el que se desarrolló. En la altura de Huancayo, más de 3,000 metros sobre el nivel del mar, los jugadores de la ‘U’ se enfrentaron a desafíos que iban más allá de lo físico, obligándolos a sacar lo mejor de sí mismos en un partido que prometía ser complicado desde el primer silbato. El partido comenzó con un arranque prometedor para la 'U', pero rápidamente se transformó en un ejercicio de resistencia. Una jugada polémica se convirtió en el centro de atención cuando el VAR tuvo que intervenir para revisar un gol que había levantado el júbilo en la hinchada crema. La decisión tardó casi cinco minutos, generando un ambiente de frustración en el equipo y sus seguidores. Finalmente, el tanto de Williams Riveros fue anulado por un fuera de juego, dejando a Universitario con un leve pero palpable desánimo en sus filas. A pesar de la adversidad, el equipo que dirige Fabián Bustos no se dio por vencido. Con el transcurso de los minutos, el esfuerzo físico se hacía notar y el aire escaseaba, pero la garra característica de la 'U' se mantuvo en pie. A medida que se acercaba el final del encuentro, las esperanzas de llevarse los tres puntos parecían desvanecerse. Sin embargo, el fútbol tiene formas extrañas de sorprendernos, y lo que estaba por venir dejaría a todos boquiabiertos. Fue en el minuto 75 cuando Sport Huancayo logró abrir el marcador con un cabezazo de Lucas Cano, lo que complicó aún más la situación para los cremas. Sin embargo, en lugar de rendirse, Universitario se reagrupó y buscó el camino hacia el empate. El entrenador Bustos realizó cambios estratégicos, buscando una chispa de inspiración que pudiera encender la llama de la esperanza en su equipo. Y fue justo cuando nadie lo esperaba que ocurrió la magia. Ancajima, quien había entrado como sustituto, tomó el balón y realizó una jugada brillante. Con una precisión milimétrica, lanzó un centro que Alex Valera convirtió en un gol de antología, elevándose de manera espectacular para ejecutar una palomita que dejó sin respuesta al arquero rival. El estadio estalló en jubilo y la garra crema brilló con fuerza, reafirmando la capacidad del equipo para superar la adversidad. Este gol no solo significó un punto valioso en la tabla de posiciones, sino que también actuó como un bálsamo emocional para el equipo. A pesar de las dificultades que han enfrentado en las últimas semanas, este resultado les proporciona un impulso moral que puede ser crucial en su lucha por el bicampeonato. Además, la importancia de este encuentro se acentúa por el contexto de la competencia, donde los rivales directos también empataron, lo que abre una oportunidad dorada en la próxima fecha. Universitario se prepara ahora para recibir a Deportivo Garcilaso, con la esperanza de capitalizar el momentum del empate en Huancayo. Este punto puede ser clave para el futuro inmediato del club, ya que les permite mantener la presión sobre sus competidores. En un torneo tan reñido, cada punto cuenta y este empate puede ser el empujón necesario para escalar posiciones en la tabla. Sin embargo, la realidad es que el equipo aún necesita trabajar en diversas áreas. La ausencia de Edison Flores se ha sentido profundamente, y la inconstancia de otros jugadores como Jairo Concha no ayuda al funcionamiento del equipo. La calidad del juego todavía no es la que se espera de un equipo con la historia y la grandeza de Universitario, pero la resiliencia mostrada en Huancayo es un indicativo de que aún existe una llama de esperanza. Esta hazaña en la altura de Huancayo es un recordatorio de que el fútbol puede ser un deporte impredecible, donde incluso los momentos más oscuros pueden transformarse en instantes de gloria. La 'U' ha demostrado que, a pesar de las dificultades, la pasión y el compromiso pueden marcar la diferencia. En un torneo donde cada partido se siente como una final, la garra y el corazón de Universitario podrían ser los ingredientes que los lleven a luchar por el ansiado título. El camino hacia el bicampeonato todavía está lleno de desafíos, pero con cada punto sumado en la tabla, la confianza y la moral del equipo se fortalecerán. Y en este viaje, cada jugador, cada hincha, y cada gol, como el de Valera, se convierten en parte de una historia que sigue escribiéndose en cada partido, en cada instante, en cada palomita.