Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El último análisis de Action on Smoking and Health (Ash) revela una tendencia preocupante en el Reino Unido, con el número de adultos que vapean alcanzando un máximo histórico. Actualmente, aproximadamente 5.6 millones de adultos, o alrededor del 11% de la población adulta, están utilizando cigarrillos electrónicos. Este aumento se acompaña de un incremento significativo en el número de fumadores que también vapean, que se ha duplicado del 17% en 2021 al 32% en 2024. Esta alarmante estadística se traduce en aproximadamente 2.2 millones de individuos que están alternando entre fumar y vapear. El informe destaca que una parte significativa de la población que vapea está compuesta por exfumadores, con un 53% de los vapeadores habiendo fumado anteriormente. Esta cifra equivale a alrededor de 3 millones de individuos que han recurrido al vapeo como un medio para dejar de fumar. Notablemente, la duración media durante la cual los exfumadores han estado vapeando es de dos años, sin embargo, los datos también sugieren que más de la mitad de estas personas han estado utilizando cigarrillos electrónicos por más de tres años, un aumento notable del 18% en 2017. A la luz de estos hallazgos, los expertos en salud pública están pidiendo una atención renovada a los peligros asociados con los productos de nicotina. Hazel Cheeseman, directora ejecutiva adjunta de Ash, enfatizó la importancia del vapeo como herramienta de cesación, afirmando que puede desempeñar un papel crucial en la creación de un futuro libre de humo para las generaciones venideras. Sin embargo, subrayó la necesidad de regulaciones más estrictas sobre los productos de vapeo para mitigar el acceso de los jóvenes, asegurando a la vez que el vapeo siga siendo una opción viable para quienes intentan dejar de fumar. Reflejando estos sentimientos, Henry Gregg de Asthma + Lung UK señaló las dificultades que enfrentan muchos fumadores al intentar dejar el hábito. Destacó la necesidad de aumentar la financiación para los servicios locales de cesación que han enfrentado recortes presupuestarios, pero que juegan un papel vital en apoyar a las personas para dejar de fumar de manera definitiva. Además, Leonie Brose, profesora de salud pública de adicciones en el King's College de Londres, expresó su preocupación por las ideas erróneas prevalentes sobre el vapeo. Señaló que un número significativo de fumadores cree erróneamente que vapear es tan dañino como fumar. Tales malentendidos pueden disuadir a los fumadores de considerar el vapeo como una alternativa menos dañina, lo que potencialmente prolonga sus hábitos de fumar y aumenta los riesgos para la salud. El gobierno parece estar tomando medidas para abordar estos desafíos. Un portavoz del Departamento de Salud y Atención Social reiteró que, si bien el vapeo puede ayudar en la cesación del tabaquismo, es crucial que los no fumadores—especialmente los niños—no se involucren en el vapeo. El próximo proyecto de ley sobre tabacos y vaporizadores tiene como objetivo proteger a las futuras generaciones de los peligros de la nicotina, con propuestas como prohibir que cualquier persona nacida después de enero de 2009 compre cigarrillos e introducir controles más estrictos sobre los productos de vapeo. A medida que el Reino Unido enfrenta estos apremiantes problemas de salud pública, la necesidad de estrategias integrales que equilibren los beneficios del vapeo como herramienta para dejar de fumar con los riesgos que plantea para las poblaciones más jóvenes nunca ha sido tan urgente. Los hallazgos de este informe sirven como un recordatorio crucial de las complejidades involucradas en abordar el tabaquismo y el vapeo en la sociedad moderna.