Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Datos recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) revelan un rayo de esperanza en el panorama de la salud mental de los adolescentes en EE. UU., mostrando mejoras notables, especialmente entre las estudiantes femeninas. Esta tendencia alentadora se atribuye a un aumento en las inversiones en apoyo social-emocional por parte de las escuelas, que han comenzado a abordar la crisis de salud mental exacerbada por la pandemia de COVID-19. Los últimos hallazgos de la encuesta sobre Comportamientos de Riesgo en Jóvenes del CDC, la primera actualización desde 2021, indican que el porcentaje general de estudiantes que reportan sentimientos persistentes de tristeza o desesperanza ha disminuido ligeramente, del 42% al 40%. Específicamente, el número de alumnas que experimentan estos sentimientos ha bajado del 57% al 53%. Además, los estudiantes hispanos y negros también han reportado disminuciones en los desafíos de salud mental, con una reducción significativa en los indicadores relacionados con pensamientos y intentos suicidas. Hedy Chang, directora ejecutiva de Attendance Works, expresó optimismo sobre los datos, señalando que las escuelas parecen haber escuchado los llamados a aumentar el apoyo y fomentar el sentido de pertenencia entre los estudiantes. "Creo que las escuelas recibieron el mensaje de que necesitaban invertir más en apoyo social-emocional", afirmó. Sin embargo, este desarrollo positivo viene acompañado de importantes advertencias. Los funcionarios del CDC, incluida la Dra. Debra Houry, enfatizaron que, aunque las mejoras son evidentes, el trabajo para garantizar que cada niño se sienta seguro y apoyado está "lejos de estar completo". Los datos también revelan disparidades persistentes en los resultados de salud mental, que afectan particularmente a las niñas y a los jóvenes LGBTQ+, quienes continúan reportando tasas más altas de tristeza y desesperanza en comparación con sus contrapartes masculinas. La encuesta también destaca una tendencia preocupante relacionada con la seguridad escolar. Un número creciente de estudiantes reportó sentirse inseguros, con incidentes de acoso escolar aumentando del 15% al 19% entre 2021 y 2023. Los estudiantes que faltaron a la escuela debido a preocupaciones de seguridad aumentaron del 9% al 13%, con cifras particularmente alarmantes para los estudiantes asiático-americanos, que reportaron una duplicación en las ausencias relacionadas con la seguridad. Chang, reflexionando sobre estas estadísticas, expresó su preocupación por los factores sociales más amplios que pueden contribuir a estos sentimientos de inseguridad, particularmente para los grupos marginados. "Cuando estamos en un mundo exterior que culpa a la gente... te preocupa cómo se manifiesta eso en las escuelas. Las escuelas son siempre, en parte, un reflejo del mundo exterior", comentó. A medida que la nación avanza, los hallazgos subrayan la importancia de continuar invirtiendo en recursos de salud mental dentro de los entornos educativos. Si bien hay señales de progreso, las complejidades de la salud mental juvenil requieren atención y acción continua por parte de las escuelas, los padres y los responsables de políticas. El camino por delante es crítico, ya que garantizar el bienestar de todos los estudiantes es una responsabilidad que debe ser asumida de manera colectiva.