Crisis en China: más de 26 millones afectados por desastres naturales recientes

Crisis en China: más de 26 millones afectados por desastres naturales recientes

Más de 26 millones de personas en China han sido afectadas por desastres naturales recientes, con 328 víctimas y 1,1 millones reubicados.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Más de 26 millones de personas han sido afectadas en China como resultado de una serie de desastres naturales que se han intensificado en el último mes, de acuerdo con un informe de la Oficina del Comité Nacional para la Reducción de Desastres y el Ministerio de Gestión de Emergencias. Esta situación ha dejado un saldo de 328 víctimas, entre muertos y desaparecidos, lo que subraya la gravedad de la crisis que enfrenta el país. Las autoridades han informado que más de 1,1 millones de personas han sido reubicadas de manera urgente debido a las severas condiciones climáticas, que han incluido fuertes lluvias y deslizamientos de tierra. Las pérdidas económicas directas se han estimado en alrededor de 76 mil 800 millones de yuanes, equivalentes a 10 mil 700 millones de dólares. Este golpe económico pone de manifiesto no solo el impacto humano, sino también las repercusiones financieras que estos desastres traen consigo. El informe detalla que el mes pasado se registraron diversas calamidades naturales, siendo las lluvias intensas y las inundaciones los fenómenos más destacados. En total, se contabilizaron siete eventos de lluvias significativas a lo largo del país, que produjeron una precipitación promedio de 132 milímetros, lo que representa un incremento del 11 por ciento en comparación con un periodo normal. Este aumento en las precipitaciones ha llevado a una serie de emergencias sin precedentes. Los ríos más importantes de China, como el Yangtsé, el Amarillo y el Huaihe, así como el lago Taihu, han experimentado inundaciones significativas. Asimismo, se han reportado 706 ríos en 27 provincias que han superado sus niveles de advertencia, lo que ha llevado a las autoridades a actuar de manera rápida y decisiva en respuesta a la crisis. El gobierno chino no ha escatimado esfuerzos para brindar asistencia a las áreas más perjudicadas. Los ministerios de Finanzas y de Gestión de Emergencias han asignado fondos en varias ocasiones para apoyar las labores de rescate y socorro. Recientemente, se designó un nuevo fondo de 465 millones de yuanes, que equivale a más de 64 millones de dólares, que se destinará a estas tareas vitales. A pesar de los esfuerzos realizados, la situación sigue siendo crítica. Las autoridades han emitido alertas ante los pronósticos de fuertes lluvias que se prevén en el centro y este de Mongolia Interior, así como en las regiones de Beijing-Tianjin-Hebei y la cuenca de Sichuan. Este escenario ha generado preocupación por la posibilidad de que se produzcan nuevas inundaciones y desastres en las próximas semanas. En respuesta a la inminente amenaza, las autoridades han instado a mantener una vigilancia estricta sobre las líneas de control de ríos, así como a realizar inspecciones detalladas de diques y embalses que operan al límite de su capacidad. Esta medida es crucial para prevenir desbordamientos y garantizar la seguridad de las comunidades afectadas. El impacto de estos desastres naturales va más allá de la pérdida material y de vidas. La reubicación de más de un millón de personas implica un desafío logístico monumental, y el trauma psicológico que enfrentan aquellos que han perdido sus hogares y seres queridos es una realidad que no debe ser ignorada. China, como muchos otros países, se enfrenta a la creciente amenaza de eventos climáticos extremos, que parecen intensificarse con el tiempo. Esta situación pone de relieve la necesidad urgente de fortalecer las infraestructuras y de implementar políticas de gestión de riesgos más efectivas que puedan mitigar el impacto de futuros desastres. Mientras las comunidades afectadas luchan por recuperarse, el país se encuentra en un momento crítico que exige no solo una respuesta inmediata, sino también una reflexión a largo plazo sobre cómo adaptarse y prepararse ante la creciente inestabilidad climática que amenaza su futuro.

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