Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Manchón Guamuchal, un humedal de 25,000 hectáreas situado en Champerico, Guatemala, ha sido durante años un símbolo de biodiversidad y belleza natural. Reconocido internacionalmente bajo la Convención Ramsar, este ecosistema es considerado una perla en el planeta, una joya que no solo ofrece un refugio a diversas especies de flora y fauna, sino que también actúa como un escudo natural contra tormentas e inundaciones. Sin embargo, esta maravilla natural se enfrenta a una crisis ecológica alarmante que amenaza su existencia y la de las comunidades que dependen de ella. Los manglares de Manchón Guamuchal no solo son un atractivo turístico, sino que también cumplen funciones esenciales para el equilibrio ecológico. Su verdor y la vida que albergan han sido el hogar de aves migratorias y peces multicolores. Sin embargo, lo que era un paisaje vibrante se está transformando en un estanque de contaminación. En los últimos años, toneladas de desechos provenientes del río Ocosito han comenzado a asfixiar este ecosistema, una situación que ha llevado a la comunidad de Tres Cruces a experimentar una drástica disminución en la pesca, su principal fuente de ingresos. La sedimentación y la acumulación de basura han reducido el flujo de agua dulce que conecta a Manchón Guamuchal con la laguna la Colorada, lo que ha afectado gravemente la salud del mangle. Durante una medición realizada hace ocho meses, se constató que de los 5 metros de profundidad originales, ahora quedan solamente entre 30 y 40 centímetros en ciertas áreas. Esta drástica reducción ha puesto en riesgo no solo a las especies que habitan en el humedal, sino también a la economía local y la seguridad alimentaria de las aldeas circundantes. La falta de proyectos adecuados para el manejo de desechos sólidos es una de las causas principales de esta crisis. Muchos habitantes de la región, en un intento por deshacerse de la basura, la arrojan al río, creyendo erróneamente que desaparecerá. Sin embargo, esta acción tiene consecuencias devastadoras: el río se convierte en un canal de desechos que avanza implacablemente, arrastrando consigo la vida del ecosistema y la esperanza de las comunidades locales. El problema no es nuevo. Comenzó con una extensión de 500 metros de basura en el río Ocosito y se ha extendido a más de 10 kilómetros. Esta situación alarmante es una llamada de atención para las autoridades y para la sociedad en su conjunto. Si no se toman medidas inmediatas, la contaminación seguirá avanzando, y con ello, la muerte de un ecosistema vital. La desaparición de las aves migratorias que solían visitar la región es otra señal de que algo está terriblemente mal. La biodiversidad de Manchón Guamuchal está en riesgo, y su degradación afectará no solo a las especies que viven allí, sino también a los humanos que dependen de ella. La conservación del humedal debe ser un esfuerzo colectivo que involucre a todos los sectores: autoridades de gobierno, pescadores artesanales, comunidades locales, medios de comunicación y el sector industrial. Es fundamental que entidades como el Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat) se sumen a los esfuerzos de conservación. El turismo, que podría ser una fuente significativa de ingresos para la región, también se verá afectado si no se actúa de manera rápida y decisiva. La belleza natural que atrae a los visitantes está en peligro, y con ella, el sustento de muchas familias. Ante esta situación crítica, resulta urgente la necesidad de financiar proyectos que detengan el avance de la contaminación y restauren el humedal. Las instituciones de gobierno deben mostrar voluntad política para implementar medidas efectivas que enfrenten esta crisis. La colaboración entre diferentes sectores de la sociedad es clave para encontrar soluciones sostenibles que garanticen la preservación de este invaluable recurso natural. Manchón Guamuchal, que una vez fue un paraíso, se encuentra al borde de convertirse en un triste recordatorio de lo que puede suceder cuando descuidamos nuestro entorno. La responsabilidad de su salvaguarda recae sobre todos nosotros. Es tiempo de actuar, de unir esfuerzos y de restaurar la belleza y la biodiversidad que han hecho de este humedal un lugar especial en el corazón de Guatemala y del mundo.