Los atletas miran hacia el futuro financiero mientras los Juegos Olímpicos de París 2024 preparan el escenario para el éxito en 2028.

A medida que los Juegos Olímpicos de París 2024 capturan la atención del mundo, atletas como Simone Biles, Leon Marchand y Noah Lyles no solo se centran en subir al podio. Son muy conscientes de las oportunidades comerciales que surgen de sus actuaciones, especialmente con los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 en el horizonte. Para muchos olímpicos, especialmente aquellos que están emergiendo en el centro de atención, mantenerse relevantes y financieramente seguros durante los próximos cuatro años es una necesidad estratégica. Simone Biles, a pesar de sus logros históricos, se destaca como un ejemplo primordial de cómo aprovechar la fama olímpica en oportunidades lucrativas. Con un documental en Netflix y respaldos de celebridades de alto perfil, la marca de Biles continúa floreciendo. Su éxito financiero refleja la importancia de que los atletas capitalicen su reconocimiento mientras su rendimiento está en el centro de atención. En contraste, muchos atletas luchan por mantener la visibilidad y los ingresos después de los Juegos. El panorama financiero para los olímpicos es desolador. Mientras que los medallistas de oro reciben $37,500 del Comité Olímpico y Paralímpico de EE. UU., esta cantidad palidece en comparación con las ganancias en deportes como el fútbol o el baloncesto. Por lo tanto, los atletas deben buscar respaldos y asociaciones para sustentar su vida. Las ganancias de Biles de $7.1 millones en 2023 ilustran el ingreso sustancial que se puede generar a través de una marca estratégica y patrocinios. Otros atletas, como Marchand y Lyles, ahora están buscando caminos similares para un crecimiento exponencial de ingresos. Leon Marchand, quien recientemente ha causado sensación con cuatro medallas de oro, está preparado para aprovechar su nueva fama. Con su asociación con marcas como Omega y su participación en campañas de alto perfil, Marchand ya está en el camino correcto. Para asegurar el éxito a largo plazo, él y su equipo de gestión deben navegar la crítica transición de la fama olímpica a la sostenibilidad en el mercado, reflejando los caminos pavimentados por leyendas como Michael Phelps y Usain Bolt. Estrategas como Peter Carlisle enfatizan la importancia de tener un plan concreto después de los Juegos Olímpicos. "Los resultados dictan la facilidad con la que puedes comercializar tu carrera atlética," explica. Los atletas deben construir sus marcas rápidamente después de las competiciones, aprovechando la locura mediática que los rodea y asegurándose de que permanecen en la conciencia pública. Este enfoque puede llevar a oportunidades de conferencias, apariciones en medios e incluso en televisión de realidad, que pueden proporcionar recompensas financieras sustanciales. Sin embargo, el desafío sigue siendo: ¿cómo mantener esa visibilidad en los años previos a los próximos Juegos? Los atletas deben ser proactivos en la búsqueda de asociaciones y en la creación de estrategias que los mantengan en el centro de atención. Por ejemplo, las apariciones en programas de televisión populares o embarcarse en una gira nacional pueden mejorar significativamente el perfil de un atleta mientras proporcionan ingresos. Como se ha visto con Greg Rutherford, interactuar con los medios y participar en actividades promocionales puede llenar vacíos financieros, aunque con el riesgo de ser percibido como alguien que prioriza la fama sobre el deporte. El camino hacia un éxito comercial sostenido a menudo puede estar lleno de desafíos. No todos los atletas encuentran el respaldo financiero que merecen, independientemente de su talento o logros olímpicos. Según expertos de la industria, solo unos pocos atletas pueden realmente dominar el espacio del mercado. Esto subraya la importancia de una estrategia bien definida, que puede diferenciar a aquellos que prosperan de aquellos que se desvanecen en la oscuridad después de su momento olímpico. A medida que se acercan los Juegos Olímpicos en Los Ángeles, las apuestas serán aún más altas. Se espera que los próximos Juegos presenten oportunidades comerciales sin precedentes para los atletas, atrayendo marcas ansiosas por capitalizar el foco global. Sin embargo, establecer una presencia en el mercado estadounidense requiere previsión y planificación estratégica. Carlisle enfatiza que los atletas no deben esperar hasta 2028 para comenzar a construir sus perfiles. Involucrarse con los medios y el público de EE. UU. ahora puede mejorar significativamente su visibilidad cuando el foco olímpico brille con más fuerza. En este panorama competitivo, el equilibrio entre las ganancias a corto plazo y la estrategia a largo plazo será crucial. Si bien los ingresos rápidos de respaldos o apariciones públicas pueden proporcionar alivio inmediato, construir una marca sostenible requiere un enfoque multifacético que incluya forjar asociaciones duraderas y ampliar su atractivo en el mercado. A medida que los Juegos de París lleguen a su fin, muchos atletas regresarán a casa con la esperanza de aprovechar su experiencia olímpica en una relevancia duradera y éxito financiero. Con agencias trabajando diligentemente para mantener a estos atletas en el ojo público, el potencial para nuevas asociaciones y respaldos es vasto. Sin embargo, la verdadera medida del éxito será cuán bien naveguen este terreno complejo entre los Juegos Olímpicos y sus aspiraciones futuras. Con las estrategias adecuadas en su lugar, el camino hacia un legado olímpico próspero y duradero puede estar al alcance de su mano.