Sismo de 3.7 grados sacude Managua, la población se mantiene en calma

Sismo de 3.7 grados sacude Managua, la población se mantiene en calma

Un sismo de magnitud 3.7 sacudió Managua, generando inquietud, pero sin daños significativos. La vicepresidenta instó a mantener la calma.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La noche del pasado sábado, un sismo de magnitud 3.7 sacudió Managua y sus alrededores, generando inquietud entre los habitantes de la capital nicaragüense. El fenómeno sísmico fue registrado por el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER) a las 10:47 de la noche, con un epicentro localizado a solo 3 kilómetros al noroeste de la ciudad y a una profundidad de 10 kilómetros. Esta actividad sísmica forma parte de los procesos volcano-tectónicos característicos de la región, que es conocida por su cadena volcánica activa. La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, se dirigió a la población a través de un comunicado, instando a las familias a mantener la calma y no entrar en pánico. "Es importante recordar que debemos estar precavidos y atentos a las recomendaciones que hemos aprendido en los Ejercicios Multiamenazas", afirmó Murillo, enfatizando la necesidad de estar preparados ante cualquier eventualidad. Este llamado a la tranquilidad se produce en un país donde los eventos sísmicos son parte de la realidad cotidiana, dada su ubicación geográfica. Los reportes iniciales sobre el sismo llegaron a través de las líneas de emergencia y el WhatsApp de Tu Nueva Radio Ya, donde varios ciudadanos de barrios como Largaespada y Ciudad Sandino manifestaron haber sentido el temblor. Aunque en estas comunidades la sensación fue perceptible, hasta la fecha no se han reportado daños significativos ni víctimas, lo que sugiere que el movimiento sísmico, aunque notable, no alcanzó niveles de gravedad alarmantes. Sin embargo, la preocupación no es infundada. Nicaragua es un país que ha experimentado desastres naturales a lo largo de su historia, incluyendo terremotos devastadores. La memoria colectiva de eventos pasados, como el terremoto de 1972 que destruyó gran parte de Managua, ha llevado a la población a ser más consciente y estar más alerta ante cualquier temblor, por pequeño que sea. Rosario Murillo también hizo hincapié en la importancia de cuidar a los grupos más vulnerables durante estos eventos, como los ancianos, los niños y las personas con discapacidades. "Es fundamental mantener despejadas las salidas en nuestros hogares para garantizar que todos podamos evacuar rápidamente en caso de que sea necesario", destacó. Este recordatorio subraya la importancia de la preparación y la educación en torno a la gestión de desastres. Desde el INETER se confirmó que este sismo es parte de los ciclos naturales de actividad sísmica en la región, vinculándolo a fallas locales y la dinámica de los volcanes que dominan el paisaje nicaragüense. Este tipo de actividad es monitoreada constantemente por el Instituto, que se encarga de brindar información oportuna a la población sobre cualquier cambio en la situación sísmica. En la cultura nicaragüense, el temblor es un fenómeno que, aunque presente, no siempre provoca una respuesta inmediata de preocupación. Sin embargo, la reciente experiencia con desastres naturales ha reforzado la necesidad de mantener un enfoque proactivo frente a estos eventos. La comunidad, a menudo, se muestra unida frente a la adversidad, utilizando las redes sociales y canales de comunicación comunitarios para compartir información crítica y asegurar la seguridad de sus integrantes. Es crucial que cada familia en Nicaragua tenga un plan de emergencia claro y que cada miembro conozca cómo actuar ante un sismo. La prevención y la educación son herramientas vitales que pueden marcar la diferencia entre una situación de riesgo y una respuesta efectiva ante desastres. A medida que el país continúa enfrentando desafíos climáticos y geológicos, la resiliencia de la población nicaragüense se pone a prueba constantemente. Sin duda, la respuesta y la preparación ante el sismo de magnitud 3.7 son un recordatorio de la importancia de la solidaridad y la cooperación comunitaria en tiempos de crisis. Las palabras de Rosario Murillo resuenan con más fuerza mientras la nación se une para enfrentar no solo los temblores de la tierra, sino también los desafíos que el futuro pueda deparar.

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