Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Un sismo de magnitud 6,8 ha sacudido la isla filipina de Mindanao en la mañana del sábado 3 de agosto de 2024, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro del terremoto se localizó a unos 20 kilómetros de la localidad de Barcelona, en la costa este de la isla. A pesar de la magnitud del evento, no se emitieron alertas de tsunami ni se han reportado daños significativos en la región. El terremoto se produjo a primera hora de la mañana, justo antes de las 6.30 horas locales, lo que implicó que muchas personas se encontraban todavía en sus hogares, en el confort de sus camas, cuando el fuerte temblor las despertó. La poca profundidad del sismo, que se registró a aproximadamente 10 kilómetros bajo la superficie, pudo haber contribuido a la intensidad del fenómeno percibido por los habitantes de la zona. La agencia sismológica filipina y el Sistema de Alerta de Tsunamis de EE.UU. confirmaron que, a pesar de la magnitud del terremoto, no había razones para emitir una alerta de tsunami, lo que tranquilizó a la población que podría haber estado preocupada por posibles oleajes devastadores. En las horas posteriores al sismo, los funcionarios locales comenzaron a evaluar la situación para garantizar la seguridad de los residentes. Ian Onsing, responsable local de catástrofes en el municipio de Lingig, donde se ubica Barcelona, expresó que el temblor había sido considerablemente fuerte. En una entrevista telefónica, Onsing relató que "las cosas de alrededor se movían" y estimó que el movimiento duró entre 10 y 15 segundos. A pesar de la intensidad del evento, no se han reportado víctimas ni daños materiales en su área. Por su parte, Jerome Ramírez, encargado de gestión de desastres en el municipio de Hinatuan, situado a unos 25 kilómetros al norte de Barcelona, también describió la experiencia del sismo. Ramírez comentó que vio electrodomésticos "moverse durante unos 30 segundos" debido a las fuertes sacudidas, pero al igual que en Lingig, no han habido reportes de heridos o daños en la comunidad costera. Ambos responsables de catástrofes coincidieron en la importancia de la vigilancia continua, especialmente en lo que respecta a posibles réplicas, que son comunes tras un sismo de gran magnitud. "Ahora sólo estamos pendientes de posibles réplicas", subrayó Ramírez, asegurando que su equipo se mantendrá alerta y listo para actuar en caso de que se presente alguna situación de emergencia. La población de Mindanao, que ha sido testigo de numerosos eventos sísmicos en el pasado, ha demostrado una notable resiliencia ante estos fenómenos naturales. Con una infraestructura cada vez más preparada para enfrentar terremotos, las autoridades locales están haciendo uso de sus sistemas de alerta y protocolos de emergencia para minimizar cualquier impacto en la comunidad. A pesar de que la situación actual parece controlada y sin daños reportados, es fundamental que los habitantes se mantengan informados y preparados para cualquier eventualidad. La experiencia de eventos sísmicos previos ha enseñado a los residentes la importancia de estar listos para actuar ante cualquier cambio en las condiciones. En resumen, el sismo del 3 de agosto de 2024 en Mindanao ha sido un recordatorio de la naturaleza impredecible de nuestro planeta y de la necesidad de estar siempre preparados. Mientras las autoridades continúan evaluando la situación y monitoreando posibles réplicas, la población puede estar aliviada de que, hasta el momento, no se han reportado daños significativos ni víctimas. Sin embargo, la vigilancia y la preparación seguirán siendo cruciales en la región.