Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Durante el fin de semana, Gran Canaria y las islas occidentales del archipiélago canario se enfrentarán a un escenario complejo, marcado por una alerta por riesgo de incendios forestales y una prealerta por altas temperaturas. Esta situación, que se mantendrá activa a lo largo de estos días, ha sido motivada por la extrema sequía que afecta a la región y la escalada de temperaturas que se espera, donde algunos lugares podrían superar los 36 grados centígrados. El Gobierno de Canarias ha tomado esta decisión tras una reunión del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Incendios Forestales, en la que se evaluaron las condiciones meteorológicas adversas. La coordinación entre el viceconsejero de Cohesión Territorial y Aguas, Marcos Lorenzo, y el director general de Emergencias, Fernando Figuereo, ha sido clave para la implementación de las medidas necesarias ante la amenaza de incendios. Desde el pasado 19 de julio, el archipiélago ha estado bajo una alerta por riesgo de incendios, una respuesta a la sequía excepcional y prolongada que está afectando a la vegetación. El estrés hídrico que padecen los ecosistemas locales, sumado a las temperaturas elevadas, genera un entorno propenso a la ignición y propagación de fuegos. Este fin de semana, las temperaturas en Gran Canaria podrían alcanzar niveles críticos en zonas como las medianías del sur y las cumbres. Además del calor, la situación se complica con la prealerta por fenómenos costeros, que se ha ampliado a lo largo de todo el archipiélago. Se anticipa la presencia de un mar de fondo que podría provocar olas de más de un metro y medio en las costas oeste y sur de las islas occidentales. Este fenómeno, además de afectar las actividades recreativas en el mar, podría generar incidentes en las infraestructuras costeras y en las zonas de baño, por lo que se insta a la población a actuar con precaución. La Dirección General de Emergencias está comprometida con el seguimiento continuo de estas alertas y, en función de la evolución de las condiciones meteorológicas, evaluará la posibilidad de modificar la situación a partir del lunes 5 de agosto, cuando se prevé una ligera bajada de temperaturas. Sin embargo, hasta entonces, es crucial que la población esté atenta a las recomendaciones emitidas por las autoridades. Las recomendaciones son claras: se debe evitar el riesgo de incendios en el monte, absteniéndose de arrojar colillas o fósforos encendidos, así como de dejar residuos en zonas arboladas. Además, es aconsejable mantener las parcelas limpias de vegetación seca y residuos, y almacenar combustibles en lugares ventilados y seguros. En caso de avistar humo o fuego, se debe contactar de inmediato con el 112, ya que la rápida intervención es fundamental para controlar cualquier conato de incendio. A su vez, en lo que respecta a las altas temperaturas, el Gobierno aconseja limitar la exposición al sol, especialmente en las horas más calurosas del día. El uso de ropa ligera y protectora, así como la hidratación constante, son medidas esenciales para mitigar el impacto del calor, particularmente en personas mayores y niños, que son más vulnerables a estos episodios. Por otro lado, la advertencia sobre el estado del mar lleva a sugerir la suspensión de actividades náuticas y deportivas en las playas. Asimismo, se aconseja evitar el baño en zonas poco vigiladas y mantenerse alejado de las áreas costeras durante momentos de oleaje inusual. La seguridad en la costa es igualmente primordial, por lo que no se debería permanecer en muelles o escolleras que puedan poner en peligro la integridad física. La combinación de altas temperaturas y el riesgo de incendios forestales exige una respuesta colectiva y responsable de la comunidad. Es fundamental que los ciudadanos sigan las recomendaciones de las autoridades y actúen con prudencia, cuidando tanto de su bienestar como del entorno que les rodea. La colaboración de todos es clave para enfrentar estos desafíos ambientales, que requieren tanto de la acción individual como del diseño de políticas efectivas de prevención y mitigación.