Creación del Ministerio de Infraestructura genera reacciones en el ámbito político

La creación del Ministerio de Infraestructura ha generado diversas reacciones en el ámbito político y social del país, especialmente tras el anuncio realizado durante el mensaje a la Nación por Fiestas Patrias. Hania Pérez de Cuéllar, ministra del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), ha sido la portavoz que ha brindado más información sobre esta nueva cartera, describiéndola como una extensión de la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN) que se encargará de la ejecución y supervisión de proyectos de inversión pública. Pérez de Cuéllar detalló que el nuevo ministerio se enfocará en la construcción y sus procesos, además de la supervisión de obras. Este enfoque está diseñado para centralizar y mejorar la capacidad de ejecución de los diferentes programas que actualmente dependen de varios ministerios. Los sectores involucrados podrán concentrarse en la formulación de políticas públicas, permitiendo una mayor especialización y eficiencia en la ejecución de proyectos. De acuerdo con la ministra, el propósito detrás de esta iniciativa radica en el diagnóstico de los problemas que enfrenta cada sector ejecutor. La creación del Ministerio de Infraestructura busca abordar las deficiencias en la ejecución de obras y, al mismo tiempo, proporcionar un marco organizativo que permita priorizar y coordinar los esfuerzos en la construcción de infraestructura necesaria para el país. Sin embargo, el optimismo del Ejecutivo se ve contrastado por la realidad del proceso legislativo. Pérez de Cuéllar subrayó que la propuesta deberá ser discutida y aprobada por el Congreso. Esta fase de debate y aprobación podría ser un desafío, dado el contexto político actual y las diferentes posturas que pueden surgir en torno a este nuevo ministerio. La ministra advirtió que en un escenario menos favorable, la propuesta podría enfrentar retrasos significativos o incluso no ser aprobada. A pesar de la incertidumbre, la ministra enfatizó que los ministerios que actualmente manejan proyectos de infraestructura continuarán siendo responsables de su ejecución. Aseguró que estas obras no serán desatendidas durante el proceso de creación del nuevo ministerio, ya que cada ministerio tiene metas específicas que cumplir y que requieren atención constante. La creación del Ministerio de Infraestructura también pone sobre la mesa un tema candente en el país: las más de 2,000 obras paralizadas que se encuentran en diversas etapas de ejecución y que enfrentan problemas de corrupción. Pérez de Cuéllar señaló que es vital abrir un debate sobre este problema público. La situación de las obras detenidas representa no solo un desperdicio de recursos, sino también una oportunidad perdida para el desarrollo y la mejora de la infraestructura nacional. La ministra instó a la ciudadanía y a los actores políticos a participar en este debate, señalando que es fundamental encontrar soluciones efectivas para desatascar estas obras y garantizar que los proyectos de infraestructura cumplan con las expectativas y necesidades del país. La discusión sobre el nuevo ministerio podría ser el catalizador que se requiere para abordar estos problemas de manera integral. Por otro lado, esta propuesta de creación del Ministerio de Infraestructura también se inspira en modelos exitosos de otros países, lo que ha sido motivo de interés y análisis en diversos sectores. La posibilidad de aprender de las experiencias de naciones que han logrado mejorar su infraestructura a través de estructuras ministeriales similares podría ser clave para el éxito de esta nueva cartera. En conclusión, la creación del Ministerio de Infraestructura representa un paso significativo en la búsqueda de mejorar la ejecución de proyectos de inversión pública en el país. Sin embargo, su éxito dependerá en gran medida de la capacidad del Ejecutivo para superar los obstáculos legislativos y de la voluntad política de todos los actores involucrados en el proceso. La propuesta invita a repensar la forma en que se gestionan y supervisan las obras públicas en el país, lo que podría tener un impacto duradero en la infraestructura peruana.