Tom Aspinall deslumbra con un nocaut en 60 segundos y fija la mira en un enfrentamiento por el título de peso pesado.

Tom Aspinall deslumbra con un nocaut en 60 segundos y fija la mira en un enfrentamiento por el título de peso pesado.

Tom Aspinall noqueó a Curtis Blaydes en 60 segundos en UFC 304, recuperando su título interino de peso pesado y apuntando al campeonato indiscutido.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Mundo 28.07.2024

En una noche electrificada por la anticipación y el apoyo local, Tom Aspinall reafirmó su estatus como una de las estrellas más brillantes de la división de pesos pesados en UFC 304 en Manchester. El luchador británico hizo una declaración, noqueando al estadounidense Curtis Blaydes en solo 60 segundos para retener su título interino de peso pesado, vengando una derrota anterior que lo había perseguido durante dos años. La atmósfera en la arena estaba cargada cuando Aspinall, de 31 años, entró al son inconfundible de Oasis, la banda originaria de Manchester, un homenaje que resonó profundamente entre los aficionados locales. A medida que caminaba hacia el octágono, la multitud estalló en vítores, coreando su nombre, preparando el escenario para lo que se convertiría en una deslumbrante exhibición de habilidad y precisión. Cuando comenzó la pelea, quedó claro que la velocidad y la técnica de Aspinall estaban en la cúspide de su juego. Apenas unos momentos después de que comenzara el combate, desató una rápida combinación uno-dos que hizo caer a Blaydes, de 33 años, al lona. Lo que siguió fue una lluvia de golpes en el suelo que dejó poco lugar a dudas sobre el resultado. La pelea terminó casi tan rápido como comenzó, con Aspinall mostrando no solo su destreza en el striking, sino también una determinación moldeada por sus experiencias pasadas. Esta victoria fue especialmente significativa para Aspinall, quien había enfrentado a Blaydes dos años antes, en un combate que terminó en decepción debido a una grave lesión en la rodilla sufrida en el primer asalto. Ese momento desgarrador hizo que la rápida resolución del sábado fuera aún más satisfactoria para el británico. Después de la pelea, Aspinall expresó su determinación y confianza, fijando su mirada en el título de peso pesado indiscutido. "Hola Jon, no tengo nada en contra de ti, pero simplemente creo que soy mejor que tú y puedo vencerte en una pelea. Voy por ti," declaró, señalando su intención de desafiar al ganador del próximo combate por el título entre Jon Jones y Stipe Miocic. El respeto mutuo entre Aspinall y Blaydes fue evidente durante toda la semana de peleas, marcado por interacciones civiles y apretones de manos. A pesar de la rivalidad pasada, ambos luchadores demostraron deportividad, un elemento refrescante en la atmósfera de alta tensión de la UFC. El peso de Aspinall para la pelea también fue notable; pesó 251 libras, 10 libras menos que en su última presentación, sin embargo, esta reducción no hizo nada para disminuir su explosiva velocidad y agilidad. Su actuación contra Blaydes no solo solidificó sus aspiraciones al campeonato, sino que también insinuó a un luchador que continúa evolucionando y adaptándose, aprendiendo de los contratiempos pasados. A medida que se asienta el polvo de UFC 304, los aficionados y analistas esperan con ansias los próximos pasos en la carrera de Aspinall. Con una oportunidad por el título en el horizonte, el panorama de los pesos pesados está en alerta: Tom Aspinall no solo ha vuelto; está en una misión para reclamar lo que cree que le pertenece por derecho.

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