Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre la "Situación de los Bosques del Mundo 2024" ha presentado un panorama mixto en relación con la salud de los bosques globales. Si bien se ha observado una desaceleración en las tasas de deforestación en ciertos países, los bosques continúan enfrentando presiones considerables debido al cambio climático y el aumento de la demanda de productos forestales. La producción mundial de madera ha alcanzado cifras récord, con aproximadamente 4.000 millones de metros cúbicos anuales, lo que subraya la necesidad urgente de gestionar de manera sostenible estos recursos. Entre los datos más alentadores del informe, se destaca una disminución del 8,4% en la deforestación en Indonesia durante 2021-2022 y un impresionante 50% en la Amazonía Legal de Brasil en 2023. Estas cifras sugieren que, en algunas regiones, las políticas de conservación y reforestación están dando frutos. Sin embargo, la situación general de los bosques es preocupante, ya que factores como el cambio climático están intensificando la vulnerabilidad de los ecosistemas forestales a incendios, plagas y enfermedades. Los incendios forestales, en particular, representan una amenaza significativa. En 2023, se estima que los incendios emitieron más de 6.687 megatoneladas de dióxido de carbono, lo que supera las emisiones producidas por la quema de combustibles fósiles en la Unión Europea. Este fenómeno no solo afecta la calidad del aire, sino que también contribuye de manera alarmante al cambio climático, generando un ciclo vicioso que pone en riesgo la salud de los bosques y la biodiversidad que albergan. En los Estados Unidos, se prevé que 25 millones de hectáreas de bosques perderán más del 20% de su área basal debido a insectos y enfermedades para 2027. Esto resalta la urgencia de implementar estrategias de manejo de bosques que puedan mitigar estas amenazas. Mientras tanto, la demanda de madera sigue creciendo, impulsada en gran parte por la industria y la construcción. La extracción de madera en rollo se mantuvo constante en 2022, con 2.040 millones de metros cúbicos, un volumen que refleja la presión sobre los recursos forestales. La FAO también ha resaltado el papel vital de los productos forestales no maderables (PFNM), utilizados por casi 6.000 millones de personas en todo el mundo. En 2022, las exportaciones de productos como piñones y hongos alcanzaron los 1.800 millones de dólares. Esto indica que los bosques son más que una fuente de madera; son fundamentales para la economía y el sustento de millones de personas, especialmente en el Sur global. Las proyecciones de la FAO hacia 2050 apuntan a un aumento en la demanda de madera, que podría incrementarse hasta en un 49%. Este aumento es impulsado por la búsqueda de alternativas más sostenibles y la transición hacia una bioeconomía. La madera se perfila como un insumo clave para la construcción y otros sectores industriales, lo que exige una innovación constante en el manejo forestal para responder a estas crecientes demandas. No obstante, la gestión sostenible de los bosques enfrenta desafíos significativos. La FAO identifica tres imperativos que impulsarán la innovación en el sector forestal: el aumento de los factores de estrés ambiental, el cambio hacia una economía basada en la sostenibilidad y las oportunidades que ofrecen los PFNM. Estas tendencias demandan un enfoque renovado en la gestión de los bosques, así como la implementación de técnicas que promuevan la resiliencia ante el cambio climático. El informe también destaca que la producción y el comercio de productos forestales han sido afectados por diversos factores, incluida la pandemia de COVID-19. Después de experimentar una caída en 2020, la producción y el comercio alcanzaron niveles récord en 2021 antes de enfrentar nuevas dificultades en 2022. Esto pone de relieve la fragilidad del sector y la necesidad de diversificar las fuentes de ingresos y los métodos de producción. Finalmente, es evidente que el futuro de los bosques y la industria forestal está intrínsecamente ligado a la sostenibilidad y la innovación. La FAO sugiere que, si se implementan prácticas de gestión responsables y se promueve la reforestación, se podría garantizar un suministro sostenible de madera que no solo satisface la creciente demanda, sino que también respeta la biodiversidad y apoya los medios de vida de millones de personas en todo el mundo. Sin duda, el tiempo para actuar es ahora, y la colaboración global será esencial para preservar estos valiosos recursos para las futuras generaciones.