Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La situación de los migrantes venezolanos que buscan cruzar a Estados Unidos desde México refleja la profunda crisis que vive su país de origen. En Ciudad Juárez, Abel Jesús Álvarez, un joven de 22 años, se encuentra en la antesala de las elecciones presidenciales en Venezuela, que se celebrarán este fin de semana. Con una voz cargada de esperanza, Álvarez expresa su anhelo por un cambio en su nación, confiando en que la oposición, liderada por Edmundo González Urrutia, pueda llevar a cabo la transformación que tanto necesitan los venezolanos. "Dios quiera y haya cambio", afirma Álvarez, quien es parte de los siete millones de personas que han huido de Venezuela en búsqueda de mejores oportunidades. La crisis socioeconómica en Venezuela ha llevado a muchos a tomar decisiones drásticas y dejar atrás a sus seres queridos. Yara Ruiz, una venezolana de 43 años, comparte su historia de abandono y dolor. Ella dejó a sus dos hijas en Venezuela, impulsada por la falta de empleo y la escasez de alimentos. Al igual que Álvarez, Ruiz tiene la esperanza de que el nuevo gobierno pueda cambiar las circunstancias que han llevado a millones a buscar refugio en otros países. "Este presidente nos tiene en la ruina", señala con desesperanza. La figura de la oposición resuena con fuerza entre los migrantes. Aunque María Corina Machado no podrá ser candidata debido a una inhabilitación política, su influencia persiste entre quienes anhelan un cambio. Ruiz, al igual que muchos otros, eleva sus oraciones, deseando que Machado, a través de González Urrutia, pueda transformar la realidad venezolana. "Le pido a Dios y oro mucho y ojalá que gane esa señora", expresa Ruiz, reflejando la frustración y la esperanza de muchos que se encuentran en situaciones similares. Argenis Alexander Betancourt, un migrante de 30 años, también comparte esta sensación de esperanza. Para él, un eventual triunfo de la oposición representaría una luz al final del túnel. Betancourt menciona que, si las cosas mejoran, estaría dispuesto a esperar un tiempo para que el nuevo gobierno restablezca la economía antes de considerar regresar a su hogar. La promesa de un futuro más brillante resuena en su voz, mientras siente que su vida se ha interrumpido en medio de la incertidumbre. Las elecciones en Venezuela, programadas para este domingo, se desarrollan en un ambiente de tensión marcada por la violencia política y las restricciones impuestas por el gobierno. Maduro, quien busca su reelección para un tercer mandato, ha enfrentado críticas numerosas por la crisis que afecta al país. A pesar de esto, el presidente asegura que su victoria garantizará la paz y la estabilidad, mientras advierte sobre las posibles consecuencias de un cambio de gobierno. Sin embargo, la percepción pública parece estar cambiando. Muchos venezolanos que aún viven en su país han expresado su deseo de un cambio, y los sondeos apuntan a un apoyo creciente hacia González Urrutia. El opositor de 74 años se ha comprometido a trabajar por la reconciliación y la reintegración de los migrantes que se vieron obligados a huir. Este mensaje ha encontrado eco entre quienes, como Álvarez, Ruiz y Betancourt, anhelan regresar a un país que les brinde oportunidades y seguridad. La opacidad del proceso electoral, sumada a la represión de voces críticas, ha llevado a varios exgobernantes y observadores internacionales a denunciar la falta de transparencia en el proceso. Muchos de ellos han sido deportados o se les ha negado la entrada al país, lo que aumenta las dudas sobre la legitimidad de los resultados que se puedan obtener en estas elecciones. Aun así, la fe de los migrantes en un cambio real persiste. En el contexto de esta crisis, las historias de estos migrantes no solo destacan su sufrimiento, sino también su resiliencia y el deseo de un futuro mejor. La incertidumbre que rodea a las elecciones en Venezuela contrasta con el anhelo de millones que, desde el extranjero, esperan que sus compatriotas hagan oír su voz en las urnas. Como Álvarez y muchos otros, están dispuestos a regresar a su país si se logran las condiciones necesarias para reconstruir lo que una vez fue un hogar próspero. La esperanza de un cambio en Venezuela está viva, y la comunidad migrante espera con ansias que el domingo sea el inicio de un nuevo capítulo en la historia de su nación.