Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La propuesta de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos, que busca regular el uso de la inteligencia artificial en los anuncios políticos, ha suscitado un amplio debate en el ámbito político y mediático. Aunque esta iniciativa tiene como objetivo incrementar la transparencia en las campañas electorales, su viabilidad antes de las inminentes elecciones presidenciales de noviembre es incierta. Esta situación ha generado preocupación entre los legisladores y expertos en tecnología, quienes advierten sobre las implicaciones y la gestión de la IA en la política. La FCC ha planteado que los anunciantes políticos deben revelar si han utilizado herramientas de inteligencia artificial para crear sus anuncios en radio y televisión. Esta medida, impulsada por la presidenta de la FCC, Jessica Rosenworcel, responde a la creciente preocupación por la manipulación de voces e imágenes en la publicidad política. "El público tiene derecho a saber" qué tipo de contenido está consumiendo, insistió Rosenworcel, aludiendo al potencial engañoso de la IA. A pesar de esta intención, la propuesta no ha estado exenta de controversia. La Comisión de Elecciones Federales (FEC) ha expresado su oposición, argumentando que la FCC podría estar excediendo su autoridad. El presidente de la FEC, Sean Cooksey, ha manifestado su inquietud por cómo estas normas podrían interferir en la legalidad de las campañas políticas, sugiriendo que la FCC debe abstenerse de avanzar con su propuesta. El conflicto entre la FCC y la FEC resalta la falta de un marco legislativo claro sobre cómo regular la IA en el ámbito político, lo que ha llevado a un ambiente de incertidumbre. En un contexto donde la manipulación tecnológica puede influir en la opinión pública, la necesidad de un enfoque coherente y unificado se vuelve crítica. Sin embargo, en ausencia de directrices federales, más de un tercio de los estados han comenzado a implementar sus propias regulaciones sobre el uso de la IA en campañas electorales. La propuesta de la FCC también contempla que las emisoras informen al público cuando los anuncios contengan material generado por IA y que estos avisos sean accesibles en línea. No obstante, existe una limitación significativa, ya que la FCC no tendría autoridad sobre las plataformas de streaming, lo que deja a una gran parte del ecosistema publicitario sin supervisión federal. La presidenta de la FCC ha enfatizado la importancia de actuar rápidamente, especialmente considerando el riesgo de desinformación que puede surgir de anuncios manipulados digitalmente. Sin embargo, con la propuesta aún en la fase de comentarios públicos, muchos cuestionan si habrá suficiente tiempo para una implementación efectiva antes de las elecciones. El entorno político se vuelve aún más tenso cuando los aliados de la FCC y la FEC comienzan a tomar posiciones. Por un lado, los defensores de la regulación expresan que el avance de la IA en la política requiere una respuesta apropiada para proteger la integridad de las elecciones. Por otro lado, los críticos advierten que cualquier regulación apresurada podría producir confusión entre los votantes y crear conflictos legales entre las agencias. Además, el debate no se limita solo a la regulación de la IA, sino que también refleja un choque más amplio sobre la autoridad y el papel de las diferentes agencias en la supervisión de las campañas políticas. Mientras que algunos legisladores hacen hincapié en la necesidad de un manejo más riguroso de la IA, otros abogan por dejar que la FEC se encargue de estas cuestiones. A medida que las elecciones se acercan, las tensiones parecen aumentar. La falta de consenso entre las agencias podría derivar en un escenario caótico, donde las campañas se ven envueltas en controversias sobre la legalidad y la ética del contenido generado por IA. Con un panorama electoral ya marcado por la polarización, cualquier complicación adicional podría tener efectos significativos en el comportamiento del electorado. La situación actual plantea muchas preguntas sobre el futuro de la regulación de la IA en la política. La necesidad de una legislación clara y efectiva es más urgente que nunca, ya que la tecnología avanza a un ritmo que supera la capacidad de respuesta de las instituciones. Sin una solución pronta, el riesgo de manipulación y desinformación en la publicidad política seguirá siendo una preocupación central en el camino hacia las elecciones.