Preparación y prevención: Chile enfrenta desafíos ante actividad sísmica creciente

La noche del 18 de julio, un sismo de magnitud 7,3 sacudió el norte de Chile, generando preocupación en las regiones de Arica, Tarapacá, Antofagasta y Atacama. Desde finales de junio, la zona ha experimentado múltiples temblores, levantando dudas sobre la posibilidad de un gran terremoto. ¿Qué dicen los expertos y cómo se prepara el país para enfrentar estos eventos? El movimiento telúrico, que tuvo su epicentro a 20 kilómetros al sur de San Pedro de Atacama, en la región de Antofagasta, fue percibido en varias regiones del norte de Chile, generando inquietud entre los residentes locales. Este sismo se suma a una serie de temblores de baja magnitud que han venido ocurriendo en el Norte Grande del país desde finales de junio, lo que ha despertado interrogantes sobre la posibilidad de un evento de mayor envergadura en un futuro próximo. Expertos como Luis Donoso, Sismólogo y académico de Geofísica Aplicada de la Universidad del Desarrollo, han señalado que la actividad sísmica en Chile se debe a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas más activas sísmicamente del mundo. Esta actividad se origina por el deslizamiento de la placa de Nazca bajo la placa Sudamericana, un fenómeno conocido como subducción, que genera una acumulación de tensión en la corteza terrestre. En el caso específico del Norte Grande de Chile, Donoso ha mencionado que lo que se observa en la región se refiere a un 'nido sísmico', un volumen de roca en el cual los sismos ocurren de forma constante. A pesar de que los sismos registrados hasta ahora han sido de baja magnitud, persiste la incertidumbre sobre la posibilidad de que se desencadene un terremoto de mayor intensidad en el futuro cercano. La doctora Orietta Nicolis, especialista en Estadística aplicada a las Ciencias Económicas y Sociales, ha indicado que hasta el momento no se han detectado anomalías evidentes que puedan prever un terremoto de gran magnitud en la región. Sin embargo, la constante actividad sísmica y la acumulación de tensión en la zona de subducción sugieren que el riesgo de un terremoto mayor sigue siendo alto. La región de Tarapacá, donde se registra una alta actividad sísmica debido a la subducción de la placa de Nazca bajo la placa Sudamericana, es una de las zonas más vulnerables a este tipo de eventos en Chile. A pesar de contar con un avanzado sistema de monitoreo sísmico, es fundamental que la población esté preparada y cuente con planes de emergencia para hacer frente a posibles sismos de mayor magnitud. Donoso ha enfatizado la importancia de la educación, la normativa de construcción y la gobernanza como pilares fundamentales para enfrentar los sismos en Chile. La preparación de la población, la adecuada construcción de infraestructuras sismo-resistentes y la implementación de políticas públicas que garanticen la seguridad y la continuidad operacional frente a desastres naturales son aspectos clave en la gestión de riesgos sísmicos en el país. A pesar de la incertidumbre que rodea la actividad sísmica en el Norte Grande de Chile, la colaboración entre científicos, autoridades y ciudadanos es esencial para hacer frente a los desafíos que plantea la naturaleza impredecible de los terremotos. La preparación constante, la mejora continua en las estrategias de mitigación y la conciencia de la población sobre la importancia de estar preparados ante eventos sísmicos son elementos cruciales para afrontar la realidad de vivir en una de las regiones más activas sísmicamente del mundo.