Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Este jueves por la noche, Chile fue sacudido por un potente terremoto de 7.3 grados, con el epicentro localizado a 265 kilómetros al este de Antofagasta y un hipocentro a una profundidad de 126 kilómetros. A pesar de la magnitud del sismo, las autoridades y servicios sismológicos chilenos informaron que no se desencadenaron alertas de tsunami y tampoco se reportaron víctimas o daños significativos. El Servicio Geológico de Estados Unidos, por su parte, reportó que la magnitud del terremoto fue de 7.4, generando una alerta inicial entre la población y las autoridades locales. Sin embargo, el presidente Gabriel Boric utilizó sus redes sociales para comunicar rápidamente la situación y tranquilizar a la ciudadanía. El mandatario chileno informó que se comunicó con la delegada presidencial de la región afectada y hasta el momento no se han reportado heridos ni daños mayores. A pesar de esto, los equipos de emergencia están recabando información y evaluando la situación en las áreas cercanas al epicentro. El centro sismológico detalló que el terremoto de magnitud 7.3 se percibió en diversas regiones del país, incluyendo Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo. En algunas zonas se reportaron rodados en carreteras y apagones, como en la carretera entre Calama y Tocopilla, así como en San Pedro de Atacama. Además, el sismo fue detectado en las regiones sureñas de Tacna y Arequipa en Perú, generando alarma entre los residentes de esas zonas. A pesar de la preocupación inicial, no se han reportado daños personales ni materiales en estas áreas hasta el momento. Los habitantes de Arequipa, una región más poblada que Tacna, también informaron a través de redes sociales que sintieron el temblor. En conclusión, a pesar de la magnitud del terremoto, Chile y Perú lograron lidiar con la situación de manera efectiva, gracias a la rápida respuesta de las autoridades y la preparación de la población ante eventos sísmicos. La cooperación entre ambos países en materia de gestión de desastres naturales fue fundamental para garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos en medio de esta emergencia.