Desmontando bulos: Importancia de áreas protegidas en incendios forestales

Desmontando bulos: Importancia de áreas protegidas en incendios forestales

Informe desmiente bulos sobre áreas protegidas y incendios forestales. Destaca su importancia en la conservación y prevención, desmintiendo mitos y llamando a una gestión sostenible. Oportunidad clave en 2024 para restaurar naturaleza.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro

En medio de un pronóstico de riesgo extremo de incendio forestal para los próximos días, surge un informe que busca desmontar bulos y desinformaciones que ponen en tela de juicio la importancia de las áreas protegidas en la prevención de incendios. Bajo el título "Las áreas protegidas no agravan los incendios forestales", se busca esclarecer la situación y dirigir el foco hacia soluciones reales ante esta emergencia ambiental. En el informe se destaca que solo el 0,78% de la superficie protegida en España cuenta con estándares rigurosos de protección, mientras que el 99,2% restante permite actividades económicas compatibles. Esta cifra desmiente la idea errónea de que las áreas protegidas agravan los incendios forestales al restringir el uso del territorio, dejando en claro que la mayoría de estas zonas son aptas para actividades agrícolas, forestales, turísticas y ganaderas, entre otras. Asimismo, se desmiente el mito de que los incendios forestales se originan principalmente dentro de áreas protegidas. Según estadísticas, solo el 13,57% de los siniestros afectaron a espacios naturales protegidos entre 2005 y 2017, demostrando que la mayoría de los incendios comienzan fuera de estas áreas. En el caso de la Red Natura 2000, solo un 18,37% de los incendios se iniciaron dentro de estos espacios, evidenciando que la mayoría de las tragedias se gestan fuera de ellos. Es importante recordar que el 73% de los municipios españoles tienen parte de su territorio dentro de áreas protegidas, lo cual significa que es común que los incendios forestales afecten a estos espacios debido a su cercanía a zonas propensas al fuego. Sin embargo, esto no implica que las áreas protegidas sean responsables de la propagación de los incendios, sino que actúan como un refugio clave para la conservación de la biodiversidad. Otro bulo que ha circulado es la idea de que las personas provocan incendios forestales como acto de rebeldía ante la protección de los espacios naturales. Sin embargo, las estadísticas muestran que solo un 0,16% de los incendios están motivados por el rechazo a las áreas protegidas, desmintiendo así esta falsa creencia. Además, se destaca que la topografía accidentada de muchas áreas protegidas, principalmente en zonas montañosas, genera un mayor desafío para combatir los incendios, pero esta dificultad radica en la geografía y no en la protección del territorio. Es crucial que la planificación de la prevención y extinción de incendios coincida con la gestión de los espacios protegidos para garantizar una respuesta efectiva ante los siniestros. En cuanto a las actividades permitidas en áreas protegidas, se aclara que muchas de ellas son compatibles con los objetivos de conservación, como se establece en los Planes de Ordenación de Recursos Naturales y en los Planes Rectores de Uso y Gestión. Incluso en Parques Nacionales y en la Red Natura 2000 se promueven acciones que contribuyen a la prevención de incendios, como la introducción de ganado en extensivo. Ante la importancia de proteger la biodiversidad, se vislumbra un año clave en 2024 con la aprobación del Reglamento de la Restauración de la Naturaleza y la próxima cumbre del Convenio sobre la Diversidad Biológica en Colombia. Se resalta la oportunidad histórica de recuperar el 20% de la superficie terrestre degradada para reducir la propagación de incendios y se hace un llamado a la gestión sostenible de las masas forestales y al reconocimiento de la relevancia de las áreas protegidas en la lucha contra la emergencia ambiental.

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