Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Un sismo de magnitud 3,8 sacudió la tarde de este miércoles la zona norte de Chile, siendo el de mayor intensidad entre los siete movimientos telúricos registrados en el país durante el 17 de julio. Según el Centro Sismológico Nacional, el epicentro de este temblor se situó a 50 kilómetros al norte de San Pedro de Atacama, en la Región de Antofagasta, a una profundidad de 147 kilómetros. Con un horario de 13:21 horas, este sismo generó preocupación entre los habitantes de la zona norte chilena, recordando la constante actividad sísmica del país. A pesar de su magnitud, no se reportaron daños materiales ni víctimas a causa de este evento, que puso en alerta a la población local. El segundo sismo de mayor intensidad registrado en ese día tuvo lugar en la Región de Arica y Parinacota, con una magnitud de 3,6 y un epicentro ubicado 35 kilómetros al noreste de Tacna, cerca de la frontera con Perú. Este movimiento telúrico se produjo a las 09:43 horas, a una profundidad de 102 kilómetros, generando inquietud entre los residentes de dicha región. Asimismo, durante la misma jornada se registraron dos temblores de magnitud 3,4. El primero de ellos ocurrió a las 03:12 horas, con epicentro 33 kilómetros al noreste de Camiña, en la Región de Tarapacá, a una profundidad de 115 kilómetros. Este evento sísmico fue seguido por otro temblor de igual magnitud a las 05:58 horas, con epicentro seis kilómetros al suroeste de Canela Baja, en la Región de Coquimbo. La sucesión de estos sismos ha mantenido en alerta a la población chilena, recordándoles la necesidad de estar preparados ante posibles eventos naturales de esta índole. Organismos de emergencia y autoridades locales han instado a la ciudadanía a mantener la calma y seguir los protocolos de seguridad en caso de futuros movimientos telúricos. Si bien Chile es un país sísmicamente activo y cuenta con una infraestructura y protocolos de emergencia sólidos, es fundamental que la población esté siempre alerta y preparada para enfrentar situaciones de riesgo como los sismos. La prevención y la educación en materia de protección civil son clave para minimizar los impactos de estos fenómenos naturales. En este contexto, se destaca la importancia de la información oportuna y veraz por parte de las autoridades competentes, así como la colaboración y solidaridad de la comunidad en momentos de crisis. La coordinación entre los distintos actores involucrados en la gestión de emergencias es fundamental para garantizar una respuesta eficaz y eficiente ante eventos como los sismos que han afectado a diversas regiones del país. Ante la incertidumbre que generan los sismos, es esencial mantener la calma, seguir las indicaciones de las autoridades y estar preparados con un kit de emergencia y un plan familiar de contingencia. La prevención y la conciencia ciudadana son herramientas clave para afrontar con resiliencia los desafíos que plantea la actividad sísmica en Chile, un país acostumbrado a convivir con la fuerza de la naturaleza.