México, cuarto país de alto riesgo por desastres naturales: ¿preparados para lo peor?

México, cuarto país de alto riesgo por desastres naturales: ¿preparados para lo peor?

México, cuarto país con alto riesgo de desastres naturales. Urgen medidas integrales de prevención y respuesta ante la vulnerabilidad destacada en el World Risk Index 2023.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
México, el cuarto país de más alto de riesgo por desastres naturales; ¿estamos preparados? Recientemente, expertos de la Asociación de Universidades de la Región del Pacífico (APRU) se reunieron en un simposio para discutir estrategias de prevención y mitigación de riesgos de desastres naturales. La mayoría de los participantes provenían de países situados en el Anillo de Fuego del Pacífico, una región conocida por su alta actividad volcánica y sísmica, donde fenómenos como sismos, tsunamis, erupciones volcánicas, huracanes, tornados, inundaciones y deslaves son constantes amenazas. Durante el evento, se presentó un estudio que evaluó la exposición de los países a desastres humanitarios causados por eventos naturales, el World Risk Index 2023. Este índice considera factores como la ubicación geográfica, exposición y vulnerabilidad de cada nación. México se ubica en el cuarto lugar más alto de riesgo a nivel mundial, detrás de Filipinas, Indonesia e India, debido a su alta exposición y vulnerabilidad a desastres naturales. La evaluación reveló que cada año, México enfrenta diversos desastres naturales que impactan de manera desproporcionada a las comunidades más vulnerables. Personas en situación de pobreza suelen perder hasta 2-3 veces más activos en estos eventos, mientras que aquellos con discapacidad tienen un 400% más de riesgo de morir en situaciones de desastre. Estas cifras son un llamado de atención sobre la necesidad de medidas más efectivas de prevención y respuesta. A pesar de los avances en la identificación y mitigación de riesgos en México, aún existen brechas importantes en la preparación ante desastres naturales. La falta de una estrategia integral a nivel público y privado se refleja en cifras como el bajo porcentaje de viviendas que cuentan con un seguro voluntario para desastres, apenas un 6.5% según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). ¿Qué sucede con la cobertura de seguros en escuelas y hospitales públicos? Los resultados del World Risk Index coinciden con la realidad del país, donde más de dos tercios de la población y casi tres cuartas partes del Producto Interno Bruto (PIB) están expuestos a desastres naturales, según el Banco Mundial. Estos datos subrayan la urgencia de implementar políticas públicas y programas integrales que reduzcan la vulnerabilidad de México, especialmente en un contexto de cambio climático donde se prevé un aumento en la intensidad y frecuencia de estos eventos naturales. Es necesario un esfuerzo coordinado entre autoridades, sociedad civil, sector privado y la ciudadanía en general para fortalecer la preparación y respuesta ante desastres naturales. La inversión en infraestructura resistente, la mejora de los sistemas de alerta temprana, la promoción de la cultura de la prevención y la inclusión de consideraciones de género y vulnerabilidad en las políticas de gestión de riesgos son aspectos clave a considerar. La diversidad geográfica de México, que va desde regiones costeras hasta zonas montañosas y selváticas, nos expone a una amplia gama de riesgos naturales. Esta variedad de amenazas requiere de estrategias diferenciadas y adaptadas a las particularidades de cada región, así como de una coordinación efectiva entre los distintos niveles de gobierno para garantizar una respuesta eficaz en caso de desastre. En este sentido, la sociedad civil juega un papel fundamental en la preparación comunitaria ante desastres, fomentando la participación ciudadana en la elaboración de planes de contingencia y la capacitación en medidas de autoprotección. La educación en gestión de riesgos desde temprana edad y la integración de la resiliencia en la planificación urbana y territorial son aspectos clave para reducir el impacto de los desastres naturales en nuestras comunidades. En conclusión, México enfrenta un alto riesgo por desastres naturales debido a su exposición y vulnerabilidad, lo que exige una respuesta integral y coordinada por parte de todos los sectores de la sociedad. La prevención, la preparación y la mitigación de riesgos deben ser prioridades en la agenda nacional para garantizar la seguridad y el bienestar de la población frente a la creciente amenaza de fenómenos naturales cada vez más intensos y frecuentes.
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