España y el riesgo latente de tsunamis: ciudades vulnerables y acciones de prevención

España, a pesar de no ser considerada una zona de alto riesgo para tsunamis, no está exenta de la posibilidad de sufrir este fenómeno natural devastador. Un reciente estudio titulado 'Probabilistic Tsunami in the Mediterranean Sea' ha alertado sobre las ciudades españolas más propensas a ser afectadas por un tsunami, destacando el Mar de Alborán como una de las áreas con mayor actividad sísmica en el país y, por ende, con mayor riesgo de sufrir maremotos que podrían extenderse desde Valencia hasta Málaga, incluyendo las Islas Baleares. La falla marina Averroes, ubicada cerca de la isla de Alborán, ha sido identificada como capaz de generar olas de hasta seis metros de altura, las cuales podrían alcanzar la costa en un lapso de tiempo extremadamente reducido, entre 21 y 35 minutos. Esta rapidez en la llegada de un tsunami a la costa supone un desafío adicional para las autoridades y población en términos de tiempo de respuesta y evacuación. En este sentido, se destaca que un tsunami originado en el cabo de San Vicente, situado al sur de Portugal, tardaría aproximadamente 40 minutos en impactar la ciudad de Cádiz, mientras que aquellos generados en el sur de Italia o en las islas Azores requerirían un mayor tiempo para alcanzar las costas españolas. La región del Mare Nostrum, que abarca la costa atlántica donde se encuentran ciudades como Cádiz y Huelva, también se identifica como una zona de potencial riesgo para tsunamis. Las ciudades costeras del Golfo de Cádiz y del Mar de Alborán son consideradas las más vulnerables ante la amenaza de tsunamis, lo cual resalta la importancia de llevar a cabo estudios geológicos y simulaciones que permitan mapear estas áreas de riesgo y establecer planes de emergencia eficaces. De acuerdo con Emilio Carreño, director de la Red Sísmica Nacional, la región que abarca desde Torrevieja hasta el Estrecho de Gibraltar presenta la mayor actividad sísmica en España, lo que la sitúa como una de las zonas de mayor riesgo de sufrir tsunamis. La Comisión Intergubernamental de los Océanos ya ha advertido sobre la probabilidad de que un tsunami con una altura superior a un metro impacte la costa mediterránea en los próximos 30 años, con una certeza del 100%. En el caso específico de la costa de Cádiz, la probabilidad de un tsunami de estas características es menor, estimada en un 10% en los próximos 50 años. A pesar de que España ha experimentado tsunamis a lo largo de su historia, estos eventos han sido menos frecuentes y de menor magnitud en comparación con otras regiones del mundo. Un evento que marcó la historia de España en relación con los tsunamis fue el terremoto de 1755 con epicentro en la costa de Lisboa, el cual generó un tsunami que afectó severamente ciudades como Cádiz y Huelva. Estudios indican que más de 2.000 personas perdieron la vida en España a causa de las olas de 15 metros generadas por este terremoto portugués. A día de hoy, aún se pueden encontrar depósitos marinos a varios kilómetros de la costa gaditana, evidenciando las devastadoras consecuencias de aquel tsunami histórico. A pesar de que en la época del terremoto de 1755 no existía un sistema de medición de terremotos tan avanzado como el actual, los registros indican que dicho seísmo pudo alcanzar una magnitud de hasta 8,5 grados en la escala de Richter. En respuesta a la creciente conciencia sobre el riesgo de tsunamis, el Gobierno español aprobó el Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos en mayo de 2021, con el objetivo de garantizar la seguridad de la población ante esta amenaza natural. Dentro de este plan, se establecen diferentes niveles de alerta según la magnitud del evento, con el color rojo indicando una ola mayor a 0,5 metros de altura, el amarillo señalando una ola entre 0,2 y 0,5 metros, y el verde representando la ausencia de riesgo con olas menores a 0,2 metros. Este sistema de alerta pretende informar y guiar a la población en caso de un tsunami, facilitando la toma de decisiones y la coordinación de las autoridades en situaciones de emergencia. En conclusión, si bien España no es considerada una región de alto riesgo para tsunamis en comparación con otras partes del mundo, la amenaza de este fenómeno natural no debe ser subestimada. Es fundamental que se continúen realizando investigaciones y estudios para identificar las áreas más vulnerables, fortalecer los sistemas de alerta temprana y promover la concienciación pública sobre cómo actuar frente a un posible tsunami. La historia nos recuerda que la naturaleza puede ser impredecible, por lo que la preparación y la prevención son clave para minimizar los impactos de estos eventos catastróficos.