Hace 54 años: lección de Yungay sigue vigente en Perú

Hace 54 años: lección de Yungay sigue vigente en Perú

En el aniversario del trágico terremoto de Yungay, Perú realiza un simulacro nacional para recordar la importancia de la prevención ante desastres naturales. La falta de preparación y viviendas inseguras aumentan el riesgo. Es crucial tomar medidas serias para proteger a la población y reducir la exposición a futuras tragedias.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Hace 54 años, un terremoto de 7,9 grados sacudió la tierra frente al mar de Chimbote, dejando una profunda huella en la historia del Perú. La tragedia se desató en Yungay, una ciudad ancashina fundada en 1540, donde un desgarrador alud provocado por el desprendimiento de un pico del Huascarán sepultó a miles de personas en cuestión de minutos. Este evento, que ha quedado marcado en la memoria colectiva del país, cambió por completo la percepción sobre la importancia de la prevención frente a los desastres naturales. En conmemoración de aquella tragedia, hoy se llevará a cabo un simulacro nacional multipeligro a las 10 de la mañana, con el objetivo de recordar que la prevención es la clave para salvar vidas en situaciones de emergencia. La lección aprendida de Yungay es clara: la anticipación y la preparación son fundamentales para mitigar los impactos de eventos como terremotos, huaicos, heladas o el fenómeno de El Niño. Es crucial que la ciudadanía tome en serio estas prácticas preventivas, ya que la participación activa en simulacros puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. A pesar de que en el Perú se nos enseña desde temprana edad sobre la constante amenaza de los sismos, la realidad es que muchas veces nos encontramos desprevenidos frente a ellos. Datos del 2020 revelaron que solo el 65% de la población participa en simulacros, y es importante destacar que la participación debe ser consciente y comprometida, no solo un acto protocolar. La preparación para afrontar desastres naturales no solo se limita a los simulacros, sino que debe ser un estilo de vida arraigado en la prevención y la conciencia de riesgo. La construcción de viviendas representa un aspecto crucial en la mitigación de los daños causados por sismos. Un preocupante estudio reveló que el 71% de las cerca de 6,6 millones de casas que componen el área urbana del Perú son fruto de la autoconstrucción, muchas de ellas sin cumplir con los estándares de seguridad establecidos. Además, el 94% de estas viviendas fueron construidas por maestros de obras sin formación profesional, lo que aumenta significativamente el riesgo de colapso en caso de un terremoto. La ubicación de las viviendas también es un factor crítico, ya que muchas se encuentran en zonas vulnerables a deslizamientos o eventos naturales. A pesar de esta situación conocida, la falta de fiscalización por parte de las autoridades perpetúa la construcción de viviendas en lugares de alto riesgo. Es necesario un compromiso serio por parte de las autoridades y la sociedad en su conjunto para abordar esta problemática y reducir la exposición de la población a los desastres naturales. Durante los últimos tres años, el Diario ha liderado la campaña #EstemosListos, con el objetivo de concientizar a la población sobre la importancia de la preparación ante posibles desastres naturales. Estar listos implica adoptar una actitud proactiva y sostenida en el tiempo que nos permita afrontar los embates de la naturaleza de manera eficaz. Los simulacros, como el que se llevará a cabo hoy, son una oportunidad para poner a prueba nuestros protocolos de emergencia y mejorar nuestra capacidad de respuesta ante situaciones de crisis. Es fundamental que la ciudadanía tome en serio estos ejercicios y los considere como una herramienta vital para proteger vidas y comunidades en caso de desastre.
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