Despedida de un testigo de la historia: Reflexiones de Miguel De la Fuente sobre su trayectoria como reportero gráfico

Despedida de un testigo de la historia: Reflexiones de Miguel De la Fuente sobre su trayectoria como reportero gráfico

El reportero gráfico Miguel De la Fuente se retira tras décadas cubriendo guerras y desastres, reflexionando sobre la ética, la neutralidad y el impacto emocional en el periodismo de conflictos. Su legado destaca la importancia de informar con integridad y empatía.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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El reportero gráfico Miguel De la Fuente ha decidido poner fin a su carrera profesional tras más de tres décadas cubriendo guerras y catástrofes en todo el mundo. Con una trayectoria que incluye la cobertura de conflictos como la primera guerra del Golfo, la guerra de Yugoslavia, el terremoto de Haití y más recientemente los enfrentamientos en Ucrania y Gaza, De la Fuente ha sido testigo de situaciones extremas que han dejado una profunda marca en su vida y en su visión del periodismo. En una entrevista reciente, De la Fuente reflexionó sobre su experiencia en zonas de conflicto y desastres naturales, revelando la complejidad ética que enfrenta un periodista al presenciar situaciones dramáticas. Ante la pregunta sobre si dejaría de filmar para ayudar a salvar una vida, De la Fuente explicó que su función como periodista es documentar lo que sucede para informar al mundo, y que en caso de emergencia, su prioridad sería cumplir con su labor de contar la historia. Sin embargo, reconoció que la línea entre registrar los hechos y brindar ayuda puede ser difusa en ciertos momentos. El fotógrafo también abordó el tema de la neutralidad en la cobertura de conflictos, destacando que los periodistas enviados a zonas de guerra a menudo se ven obligados a elegir un bando para poder realizar su trabajo. A pesar de esta realidad, De la Fuente enfatizó la importancia de mostrar los diferentes aspectos de un conflicto, tanto sus consecuencias humanas como sus implicaciones políticas y militares, para ofrecer una visión completa y objetiva de la situación. En cuanto al impacto emocional de su trabajo, De la Fuente admitió que la adrenalina y la intensidad de cubrir situaciones extremas pueden generar una especie de adicción en los periodistas. Sin embargo, también señaló los desafíos personales que enfrentan aquellos que dedican su vida a la cobertura de conflictos, incluida la dificultad de mantener relaciones estables y la sensación de desarraigo que puede surgir al pasar largos períodos lejos de casa. En relación con la ética periodística, De la Fuente mencionó la importancia de respetar la sensibilidad de las audiencias al elegir qué imágenes mostrar en situaciones de tragedia. Aunque filmar escenas impactantes forma parte de su labor, De la Fuente reconoció la necesidad de equilibrar la información con la empatía hacia las personas afectadas, evitando la explotación de la tragedia con fines sensacionalistas. En definitiva, la carrera de Miguel De la Fuente como reportero gráfico ha sido marcada por una profunda dedicación a informar sobre los conflictos y crisis humanitarias que sacuden al mundo. Su testimonio ofrece una mirada única sobre la complejidad ética y emocional que implica el periodismo en zonas de guerra, subrayando la importancia de mantener la integridad profesional y la sensibilidad hacia las víctimas en medio de situaciones extremas.
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