La Palma: un año después de la devastadora erupción del Cumbre Vieja

La Palma: un año después de la devastadora erupción del Cumbre Vieja

La erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma, Europa, duró 85 días, siendo la más larga y destructiva en un siglo. La isla lucha por recuperarse mientras muestra resiliencia y esperanza para un futuro más fuerte.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La erupción del volcán de La Palma, conocido como Cumbre Vieja, ha sido uno de los eventos geológicos más impactantes de los últimos tiempos en Europa. Desde que el fatídico 19 de septiembre de 2021 comenzara la erupción, la isla canaria ha vivido momentos de angustia, desolación y esperanza. Con una duración de 85 días, esta erupción se convirtió en la más larga de la historia de La Palma y en la más destructiva de Europa en el último siglo. El inicio de la erupción estuvo marcado por más de 25,000 microseismos y la evacuación de más de 5,000 personas, con un centenar de viviendas afectadas. A lo largo de los días, la actividad del volcán fue intensificándose, con nuevas bocas eruptivas y coladas de lava que arrasaron poblaciones enteras como Todoque y Tacande. La emisión de dióxido de azufre alcanzó cifras alarmantes, afectando no solo a la isla, sino también a la actividad aérea con cancelaciones de vuelos. A pesar de breves momentos de tregua, la erupción continuó su curso, dejando un rastro de destrucción a su paso. Coladas de lava que llegaban al mar, el derrumbe de parte del cono volcánico y la formación de nuevos deltas fueron solo algunas de las consecuencias de la actividad del Cumbre Vieja. La combinación de terremotos, emisiones de gases y lava en constante movimiento mantuvo en vilo a los habitantes de la isla y a los expertos que seguían de cerca la evolución del volcán. La solidaridad y el esfuerzo conjunto de las autoridades y de los habitantes de La Palma fueron clave durante estos difíciles meses. Rescates de abejas, evacuaciones masivas, reconstrucción de carreteras y viviendas, todo formó parte de la lucha por recuperar la normalidad en la isla tras la erupción. A medida que la actividad del volcán parecía amainar, la esperanza de que la erupción llegara a su fin se vislumbraba en el horizonte. Sin embargo, la incertidumbre persistió hasta el último momento, con la erupción prolongándose más allá de lo previsto. Finalmente, tras 85 días, el comité científico del PEVOLCA dio por finalizada la erupción del Cumbre Vieja. A pesar de las cicatrices dejadas por el volcán en la isla, la resiliencia de sus habitantes se ha hecho evidente en el proceso de reconstrucción y recuperación. Un año después de la erupción, La Palma sigue avanzando en su camino hacia la recuperación. A través de la revista National Geographic, se ha podido vislumbrar el impacto duradero que tuvo la erupción en la isla y en sus habitantes. Las cicatrices del volcán son visibles, pero también lo son las semillas de esperanza y renovación que han brotado en La Palma. La fortaleza y determinación de su gente han sido fundamentales para superar esta dura prueba y mirar hacia un futuro en el que la isla pueda renacer con más fuerza que nunca.
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