Un año después del devastador terremoto, el trauma continúa afectando a los niños en la Ciudad de Contenedores de Turquía.

Un año después del devastador terremoto, el trauma continúa afectando a los niños en la Ciudad de Contenedores de Turquía.

Un año después del devastador terremoto en Turquía, el trauma aún persiste para los niños en la ciudad de contenedores de Kahramanmaras. A pesar de los desafíos, los sobrevivientes luchan por la normalidad y pequeños momentos de felicidad. Sin embargo, para algunos, el terremoto ha convertido a Kahramanmaras en una ciudad fantasma.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Un año después del devastador terremoto en Turquía, el trauma aún persiste para los niños que viven en la ciudad de contenedores de Kahramanmaras. Cansu Gol, una madre que perdió a su bebé en el terremoto, ahora se centra en ayudar a sus dos hijos sobrevivientes a recuperarse de las cicatrices mentales. Un niño sufre de trastorno por déficit de atención relacionado con el trauma, mientras que el otro ha desarrollado problemas de habla. Las escuelas improvisadas en la ciudad de contenedores ofrecen algo de esperanza para estos niños. Las escuelas intentan crear un sentido de normalidad, con aulas decoradas con globos y un busto de Mustafa Kemal Ataturk, fundador de Turquía. Sin embargo, las experiencias de los niños aún se ven empañadas por episodios ocasionales de violencia en la tensa atmósfera de la ciudad de contenedores. El director de la escuela reconoce que la situación está lejos de ser perfecta, pero enfatiza que la vida debe continuar. Para Elif Yavuz, quien intentó reconstruir su vida en una ciudad cercana pero eventualmente regresó a la ciudad de contenedores por el bienestar de su hija de siete años, la lucha continúa. A pesar de los desafíos, estos sobrevivientes están decididos a encontrar pequeños momentos de felicidad, como comprar un par de zapatos nuevos por una buena calificación. Sin embargo, para otros como Fatih Yilanci, quien perdió amigos y ahora recorre las ruinas de la ciudad en busca de chatarra, las secuelas del terremoto han convertido a Kahramanmaras en una ciudad fantasma.
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