Miles enfrentan agotamiento e incertidumbre mientras un poderoso terremoto deja devastación y muerte en el oeste de Japón.
Miles de personas en Wajima, Japón, continúan enfrentando agotamiento e incertidumbre después de que un poderoso terremoto golpeara la costa occidental, dejando al menos 161 personas muertas. Los esfuerzos de rescate han estado en marcha durante una semana, con tropas y equipos de emergencia buscando sobrevivientes en edificios colapsados. La Península de Noto está en riesgo de deslizamientos de tierra debido a las fuertes nevadas. El impacto del terremoto es visible, con casas destruidas, carreteras dañadas y manzanas de la ciudad en ruinas. El número de muertos es mayor en Wajima, Suzu y Anamizu, con muchos desaparecidos y heridos. Los centros de evacuación enfrentan desafíos, incluyendo suministros limitados y riesgos de infección. La comunidad local, incluyendo pescadores y pequeñas empresas, está lidiando con pérdidas significativas y un futuro incierto.
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Miles de personas en Wajima, Japón, enfrentan agotamiento e incertidumbre después de que un poderoso terremoto golpeara la costa oeste del país, causando una destrucción generalizada y dejando al menos 161 personas muertas. Los esfuerzos de rescate han estado en marcha durante una semana, con miles de soldados, bomberos y policías buscando sobrevivientes entre los edificios colapsados. La península de Noto en la prefectura de Ishikawa, donde se centraron los terremotos, está en riesgo de deslizamientos de tierra, que se han visto agravados por las fuertes nevadas. El paisaje muestra los efectos del terremoto, con casas oscuras y derrumbadas, bloques de la ciudad cenicientos y carreteras dañadas.
El mayor número de víctimas mortales se encuentra en Wajima, Suzu y Anamizu, y hay muchas personas desaparecidas y heridas. Más de 1.300 hogares han sido destruidos o gravemente dañados. El terremoto inicial fue seguido por un tsunami, que empeoró aún más los daños. Las réplicas han continuado ocurriendo diariamente, aumentando la ansiedad y el estrés de los residentes. Aquellos que viven en centros de evacuación enfrentan desafíos, como suministros limitados y el riesgo de infecciones. Aunque la ayuda está llegando gradualmente, muchos todavía duermen en pisos fríos y luchan contra el agotamiento.
El impacto del terremoto en la comunidad local es inmenso. Pescadores como Shuji Yoshiura no pueden regresar a trabajar porque el lecho marino ha sido alterado por el terremoto. La ciudad de Wajima, antes conocida por su calle comercial y atracciones turísticas, ha sido devastada por incendios que estallaron después del terremoto. Kentaro Mitsumori, dueño de una tienda de abarrotes, planea cerrar su negocio porque cree que no habrá suficientes clientes para mantenerlo. Los residentes de Ishikawa enfrentan un futuro incierto mientras luchan contra el impacto físico y emocional del desastre.