"Desafíos y resistencia: los feminismos ante la derogación de políticas de género"
Las elecciones han dejado un terreno devastado en cuanto a derechos, especialmente para las mujeres y las personas de diversidad sexual que sufren violencia. Además de las leyes que se pretenden derogar, también se eliminarán numerosas políticas públicas. Ante esta situación, el feminismo se enfrenta al desafío de reorganizarse y resistir. Durante la campaña, se observó que la mayoría de los votantes de Javier Milei eran hombres, lo que concuerda con su agenda conservadora y su deseo de restaurar jerarquías. Sin embargo, diversos estudios de opinión muestran que no hay consenso social en la eliminación de políticas de género, incluso entre los votantes de Milei hay desacuerdo con estas propuestas radicales. Por lo tanto, los movimientos feministas y de mujeres seguirán luchando y resistiendo cualquier intento de retroceso en los derechos alcanzados.
Ante la derogación de políticas públicas de género, los feminismos se enfrentan a un escenario desafiante. El nuevo gobierno no solo carecerá de un Ministerio de las Mujeres, sino que tampoco habrá un espacio para albergar políticas de prevención de violencia de género. Las primeras declaraciones del diputado oficialista Bertie Venegas Lynch, que priorizó derogar la ley de interrupción voluntaria del embarazo, generan preocupación, pero algunos consideran que las instancias legislativas no son el mayor problema. Lo más urgente es el vaciamiento de políticas públicas de prevención de violencia y salud sexual. A pesar de esto, diversos estudios demuestran que no hay consenso social en la eliminación de estas políticas, incluso entre los votantes de Milei. Por lo tanto, se
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Las elecciones dejaron una tierra arrasada de derechos, especialmente para las mujeres y las disidencias sexuales que sufren violencia. Además de las leyes que se pretenden derogar, también desaparecerán numerosas políticas públicas. Ante este nuevo escenario, el feminismo se enfrenta al desafío de rearticularse y resistir. Durante la campaña se evidenció que los votantes de Javier Milei eran mayoritariamente varones, lo que concuerda con su agenda conservadora y su agenda de restauración de jerarquías. Sin embargo, diversos estudios de opinión muestran que no hay acuerdo social en la eliminación de políticas de género y que incluso entre los votantes de Milei hay desacuerdo con estas propuestas radicales. Por lo tanto, los movimientos feministas y de mujeres continuarán luchando y resistiendo ante cualquier intento de retroceso en los derechos logrados.
Ante la derogación de las políticas públicas de género, los feminismos se enfrentan a un escenario desafiante. El nuevo gobierno no solo no contará con un Ministerio de las Mujeres, sino que tampoco habrá un espacio para albergar políticas de prevención de violencia de género. Las primeras manifestaciones del diputado oficialista Bertie Venegas Lynch, que priorizó derogar la ley de interrupción voluntaria del embarazo, generan preocupación, pero algunos consideran que las instancias legislativas no son el mayor problema. Lo más urgente es el vaciamiento de políticas públicas de prevención de violencia y salud sexual. A pesar de esto, diversos estudios demuestran que no hay acuerdo social en la eliminación de estas políticas, incluso entre los votantes de Milei. Por lo tanto, se espera una resistencia y una rearticulación de los movimientos feministas para defender los derechos conseguidos y continuar luchando por la igualdad de género.
El resultado de las elecciones refleja una división clara entre los votantes de Sergio Massa, mayoritariamente mujeres, y los de Javier Milei, en su mayoría hombres. Esto se debe a que en el contexto de la pandemia, se hizo hincapié en la importancia del cuidado y el quedarse en casa, conceptos que tradicionalmente están asociados a las mujeres. Sin embargo, esto no significa que haya consenso en la eliminación de políticas de género. Incluso en provincias como Córdoba, donde Milei obtuvo una alta cantidad de votos, hay desacuerdo con la derogación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, la eliminación del Ministerio de la Mujer y la eliminación de la Educación Sexual Integral. Ante este escenario, se espera que los movimientos feministas se replanteen su agenda y se preparen para resistir y defender los avances en materia de derechos de las mujeres y las disidencias sexuales.