Emprendedores exitosos y el peligro de fingir: un llamado a la honestidad y la innovación en el mundo de los negocios
En un mundo donde los emprendedores exitosos son admirados por su audacia y capacidad de persuasión, también existe una oscura realidad. Muchos de estos fundadores han caído en la trampa de fingir hasta alcanzar el éxito, llevando a sus empresas a la quiebra y siendo acusados de fraudes monumentales.
Un claro ejemplo es WeWork, la empresa de coworking que llegó a ser valorada en US$47.000 millones. Su fundador, Adam Neumann, atrajo inversiones millonarias con su extravagante estilo de vida, pero su intento de salir a bolsa resultó en un rotundo fracaso. WeWork perdió más del 90% de su valor, dejando en duda cómo una empresa inmobiliaria podría cambiar el mundo.
Otros casos incluyen a Sam Bankman-Fried, fundador de la bolsa de criptomonedas FTX, declarado culpable de fraude y conspiración; y Elizabeth Holmes, fundadora de Theranos, una empresa de diagnóstico médico valorada en US$9.000 millones, quien se encuentra en prisión por engañar a los accionistas.
Estos casos han llevado a los inversores a examinar con mayor detenimiento las promesas y proyecciones de las startups. Quizás sea momento de priorizar la innovación y las ideas disruptivas, sin apartarse de la realidad, para realizar una debida diligencia y determinar la viabilidad de estas empresas emergentes.
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Los emprendedores exitosos son admirados por su capacidad de detectar oportunidades, tomar riesgos y convencer a otros. Sin embargo, también existen muchos mitos alrededor de estos "founders" que atraen grandes inversiones y llevan a sus empresas a valoraciones astronómicas. En algunos casos, esta mentalidad de "finge hasta que lo logres" ha llevado a quiebras y acusaciones de fraude.
Recientemente, WeWork, la compañía de coworking valorada en US$47.000 millones, se ha declarado en bancarrota. Su fundador, Adam Neumann, conocido por sus excentricidades y gastos exorbitantes, logró atraer millones en inversión pero su intento de cotizar en la bolsa de valores fue un fracaso. WeWork perdió más del 90% de su valor y nos preguntamos cómo un negocio inmobiliario pretendería elevar la conciencia del mundo.
Otros fundadores han llevado el fingir a engaños y fraudes monumentales. El fundador de la bolsa de criptomonedas FTX, Sam Bankman-Fried, fue declarado culpable de fraude y conspiración. Elizabeth Holmes, fundadora de Theranos, una empresa de diagnóstico médico valorada en US$9.000 millones, está en prisión por engañar a los accionistas. Estos casos han llevado a los inversionistas a examinar con más detalle las empresas emergentes.
Es posible que una cultura en la que se finja menos y se priorice la innovación y las ideas disruptivas, sin desviarse de la realidad, sea un complemento necesario para realizar una debida diligencia y determinar la viabilidad de estas empresas.