Opinión: Terremoto de Jajarkot - Lecciones sobre denominación, preparación y prevención.

Opinión: Terremoto de Jajarkot - Lecciones sobre denominación, preparación y prevención.

En este artículo de opinión, el autor discute la importancia de nombrar con precisión los desastres y la necesidad de medidas preventivas y preparación frente a las calamidades naturales. El autor señala que la simplificación de los recientes temblores en Jajarkot y Rukum West por parte de los medios de comunicación como el "Terremoto de Nepal 2023" ignora la geografía específica del desastre y minimiza el impacto en las regiones afectadas. El autor enfatiza la necesidad de una planificación cautelosa, una aplicación más estricta de las normas de construcción y la inversión en programas de prevención y preparación. También destacan la importancia de desalentar el turismo de desastres y aprender de las experiencias pasadas para construir una sociedad resiliente.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Opinión | Jajarkot: Lecciones aprendidas y no aprendidas Nombrar un desastre va más allá de ser solo una etiqueta. Identifica la ubicación, describe la magnitud del daño e influye en cómo responde el público. Tomemos, por ejemplo, el terremoto de Bihar-Nepal de 1934, también conocido como "Nabbe Saalko Bhuichalo" por los nepalíes. Las autoridades británicas lo nombraron debido a la devastación que causó en Assam y Bombay. De manera similar, el terremoto de Gorkha de 2015, aunque se originó en el pueblo de Barpak, causó una destrucción masiva en el Valle de Katmandú y en los distritos circundantes. Sin embargo, simplemente se le denominó Terremoto de Nepal 2015, ignorando la geografía específica del desastre. La misma simplificación se observa ahora en la cobertura de los medios de comunicación sobre los recientes temblores en Jajarkot y Rukum West. En lugar de llamarlo Terremoto de Nepal 2023, sería más apropiado referirse a él como Terremoto de Jajarkot, considerando que solo un pequeño porcentaje de la población se vio directamente afectado. Pongamos las cosas en perspectiva. El terremoto de Nepal-Bihar de 1934 arrasó asentamientos en un área de 260,000 kilómetros cuadrados, causando inmensas pérdidas de vidas y propiedades. El terremoto de Gorkha de 2015, con sus réplicas, resultó en casi 9,000 muertes y afectó a 8 millones de personas. Las pérdidas económicas se estimaron en alrededor de $10 mil millones. En cuanto al reciente terremoto de Jajarkot, aún se debe evaluar la magnitud total de los daños, pero se han reportado al menos 153 muertos y cientos de edificios se han derrumbado o dañado. La preparación de Nepal para los desastres es baja, pero la respuesta al terremoto de Jajarkot fue relativamente rápida y efectiva. Las unidades de gobierno local y el personal de seguridad tomaron medidas inmediatas, y el primer ministro Pushpa Kamal Dahal visitó el lugar en un día. Sin embargo, no debemos pasar por alto la importancia de las medidas de prevención y preparación. Si bien los esfuerzos de rescate y ayuda son esenciales, también debemos centrarnos en minimizar el impacto de los peligros y construir una resiliencia social. Desafortunadamente, a nivel mundial, menos del 10 por ciento del fondo de gestión de desastres se invierte en programas de prevención y preparación. No debemos olvidar la importancia de una planificación cautelosa. Es necesario realizar cambios en los códigos de construcción y aplicar de manera más estricta los estándares de construcción para evitar que los edificios se conviertan en asesinos durante los terremotos. Y aunque apreciamos la asistencia espontánea para la ayuda, es encomiable que el gobierno haya decidido no buscar ayuda extranjera para el esfuerzo de rescate. Debemos aprender lecciones de experiencias pasadas, y una lección crucial es desalentar el turismo de desastres por parte de personas bien intencionadas, tanto nacionales como internacionales. Como dijo George Bernard Shaw, es posible que no aprendamos mucho de la experiencia, pero es vital seguir enfatizando la importancia de posibles lecciones. No hay duda de que la urgencia de los esfuerzos de rescate y ayuda no se puede ignorar, pero también debemos priorizar medidas preventivas y preparación a largo plazo. Inviertamos más en la reducción de riesgos, en estar listos para responder y en ayudar a la recuperación. Esto puede que no llame la atención ni obtenga elogios inmediatos, pero es crucial para construir una sociedad resiliente y minimizar el impacto de futuros desastres.
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