25 años después: Recordando el tsunami de Aitape y la importancia de la preparación para desastres.
Hace veinticinco años, el tsunami de Aitape causó estragos en Papúa Nueva Guinea, dejando a su paso una estela de devastación y tragedia. Desencadenado por un terremoto local que dañó la antigua iglesia de Sissano, el tsunami golpeó la costa de Aitape con tres enormes olas, arrasando pueblos y cobrándose la vida de 2,200 personas. La destrucción se extendió 500m tierra adentro, dejando a innumerables personas desplazadas. Los esfuerzos de rescate comenzaron de inmediato, con los supervivientes prestando ayuda hasta que llegó la asistencia externa 16 horas después. Este evento catastrófico sirve como un recordatorio impactante de la naturaleza impredecible de los desastres naturales y resalta la importancia de la preparación. Las comunidades costeras deben ser conscientes de los peligros potenciales de los tsunamis, considerar la reubicación a terrenos más altos y tomar medidas para protegerse contra el cambio climático y el aumento del nivel del mar. Ejercer precaución, mantenerse vigilantes y priorizar la seguridad son clave para proteger a nuestros seres queridos de los riesgos que plantea el poder de la naturaleza.
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Hace 25 años, el 17 de julio, el tsunami de Aitape golpeó Papua Nueva Guinea, dejando devastación y tragedia a su paso. El tsunami, que se traduce como "ola en el puerto" en japonés, ocurrió después de que un terremoto local causara daños en la antigua iglesia de Sissano. Poco después, tres grandes olas golpearon la costa de Aitape, destruyendo aldeas y cobrándose la vida de 2.200 personas. La destrucción se extendió hasta 500 metros tierra adentro, dejando a muchas personas desplazadas de sus hogares.
Los esfuerzos de rescate comenzaron esa noche, con los supervivientes ayudándose mutuamente hasta que llegó la asistencia externa 16 horas después. Para la noche del lunes, todos los heridos que sobrevivieron estaban en hospitales. El tsunami de Aitape sirve como recordatorio de la imprevisibilidad de los desastres naturales y destaca la importancia de estar preparados para responder a tales eventos. A lo largo de la costa, donde las comunidades pesqueras dependen del mar para sobrevivir, es crucial estar conscientes de los peligros potenciales de los tsunamis y considerar la posibilidad de trasladarse a terrenos más altos. Además, el cambio climático y el aumento del nivel del mar representan una amenaza para las fuentes de agua, y las comunidades deben tomar precauciones para protegerse a sí mismas y a sus familias.
Ante el poder de la naturaleza, es importante actuar con precaución y mantenerse vigilantes. Mareas bajas inusuales o el repentino drenaje del agua deben ser considerados como señales de advertencia, y se recomienda no acercarse al borde del agua durante tales momentos. El agua que se retira después de un tsunami puede ser tan peligrosa como la ola entrante, causando daños significativos. Las comunidades también deben evitar hacer huertos en las orillas de los ríos para prevenir la erosión del suelo durante las inundaciones. En última instancia, es esencial priorizar la seguridad y proteger a nuestros seres queridos de los riesgos potenciales que representan los desastres naturales y el cambio climático.