El alcalde Nueva York anima a los turistas a no privarse de los viajes en helicóptero pese al accidente: "Si prefieren usarlo, deberían hacerlo"

El alcalde Nueva York anima a los turistas a no privarse de los viajes en helicóptero pese al accidente: "Si prefieren usarlo, deberían hacerlo"

Eric Adams señala que este accidente no debería limitar el uso de este medio de transporte para poder ver la ciudad neoyorquina de esta manera... horas después del grave accidente

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 12.04.2025

El trágico accidente de helicóptero que costó la vida a la familia del ex-CEO de Siemens, Agustín Escobar, ha conmocionado a la comunidad de Nueva York y ha suscitado un intenso debate sobre la seguridad de estos vuelos turísticos. A pesar de la tragedia, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha sorprendido a muchos al animar a los turistas a seguir disfrutando de la experiencia de volar sobre la ciudad. “Si desean ver la ciudad desde arriba, pueden ir a lugares como el rascacielos Vanderbilt, que ofrece una vista panorámica de la ciudad, sin necesidad de usar ningún medio de transporte. O si prefieren usar un helicóptero, deberían hacerlo”, afirmó Adams en una declaración que ha generado controversia.


La comparación que hizo el alcalde entre el trágico suceso y los accidentes de tráfico ha acentuado la polémica. “El otro día sufrimos un accidente de tráfico devastador con un vehículo y otro conductor, y no por eso voy a recomendar a la gente que no cruce la calle por un accidente así”, dijo Adams, justificando su postura. Esta analogía, aunque intenta minimizar el impacto del accidente, ha sido criticada por muchos, quienes argumentan que los vuelos en helicóptero presentan riesgos únicos que no pueden ser equiparados a los de la vida diaria.


Las voces en contra de esta postura han comenzado a alzarse. Varias organizaciones sin ánimo de lucro han solicitado la prohibición de vuelos de helicópteros no esenciales sobre la Gran Manzana. Estos grupos argumentan que la seguridad de los ciudadanos y los turistas debería ser la prioridad número uno, y que la tragedia reciente es una clara señal de que se necesita un cambio en la regulación de estos vuelos. Nueva York es conocida por su emblemática skyline, pero el costo humano de una experiencia turística no debería ser ignorado.


El alcalde ha defendido los vuelos en helicóptero como parte de la oferta turística de la ciudad, que incluye diversas formas de explorar los icónicos paisajes de Nueva York. Sin embargo, a medida que más personas se cuestionan la seguridad de estos vuelos, resulta evidente que las autoridades deben considerar con seriedad las preocupaciones que surgen tras incidentes fatales. La insistencia de Adams en que la experiencia no debe ser desalentada podría interpretarse como una falta de sensibilidad hacia las víctimas y sus familias.


Además, el creciente número de vuelos en helicóptero, que suman alrededor de 80,000 al año, plantea cuestionamientos sobre el equilibrio entre el turismo y la seguridad pública. Las organizaciones comunitarias han destacado que la sobrecarga de tráfico aéreo podría estar contribuyendo a un aumento en los accidentes y que se deben implementar regulaciones más estrictas para proteger tanto a los residentes como a los visitantes de la ciudad.


El debate sobre los vuelos en helicóptero en Nueva York no es nuevo, pero este accidente ha puesto el tema de la seguridad en el centro de la conversación pública. Las autoridades deben considerar cómo pueden abordar estas preocupaciones sin comprometer la economía turística de la ciudad, que depende en gran medida de experiencias únicas como los vuelos en helicóptero.


A medida que el luto por la familia Escobar continúa, es fundamental que se dé un paso atrás y se evalúe la situación con una mirada crítica. Las decisiones que se tomen en las próximas semanas y meses tendrán un impacto significativo en la forma en que se regulan estas actividades y en la percepción de la seguridad en la ciudad.


Sin duda, el accidente ha dejado una herida profunda en la comunidad y ha desatado un debate que no debe ser tomado a la ligera. La vida de seis personas terminó trágicamente, y la respuesta del alcalde puede verse como un reflejo de la tensión entre la promoción del turismo y la responsabilidad de garantizar la seguridad pública.


La comunidad neoyorquina, conocida por su resiliencia, ahora se enfrenta al desafío de encontrar un equilibrio que permita disfrutar de la belleza de la ciudad sin comprometer la vida de aquellos que la visitan. En última instancia, la decisión sobre el futuro de los vuelos en helicóptero debe ser tomada con la mayor consideración posible, teniendo siempre en mente la seguridad y el bienestar de todos.

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