Arrestan a hombre por estafar 10 millones a Spotify con fraude en streaming

Arrestan a hombre por estafar 10 millones a Spotify con fraude en streaming

El detenido también operaba en Amazon Music, Apple Music y YouTube Music

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 15.09.2024

Un hombre de 52 años, identificado como Michael Smith, ha sido arrestado en los Estados Unidos tras ser acusado de perpetrar un sofisticado esquema de fraude que le permitió estafar 10 millones de dólares a la plataforma de streaming Spotify. Según una investigación conjunta del FBI y abogados neoyorquinos, Smith utilizó miles de cuentas automatizadas para inflar el número de reproducciones de música generada por inteligencia artificial, logrando hasta 661 mil reproducciones diarias, con el fin de incrementar artificialmente sus ingresos por regalías.


El caso comenzó a tomar forma el año pasado, cuando el Mechanical Licensing Collective (MLC), una organización encargada de distribuir regalías por streaming, detectó anomalías en la velocidad con la que Smith generaba nuevas composiciones. Las sospechas fueron alimentadas por una serie de patrones inusuales en las reproducciones y la producción de canciones, lo que llevó a una investigación que reveló un esquema mucho más complejo de lo que se había imaginado.


Según los investigadores, Smith era consciente de los riesgos que corría al inflar artificialmente sus reproducciones. En un comunicado de prensa, se explicó que el productor sabía que si una canción alcanzaba mil millones de reproducciones, esto levantaría sospechas tanto en las plataformas de streaming como en las compañías de distribución musical. No obstante, Smith optó por una estrategia más encubierta, distribuyendo las reproducciones entre miles de canciones, lo que dificultaba la detección del fraude.


Sus abogados han intentado defender la legitimidad de su trabajo, argumentando que las obras de Smith no eran generadas por inteligencia artificial, sino que eran de autoría humana. Sin embargo, la investigación del FBI reveló que el productor había estado trabajando con una compañía de música generada por inteligencia artificial llamada 'CC-3' y con una promotora denominada 'CC-4'. Además, utilizaba generadores automáticos para crear nombres falsos tanto para las canciones como para los artistas, haciendo aún más complejo el entramado del fraude.


El proceso legal en contra de Smith es grave, ya que enfrenta tres cargos: conspiración electrónica para defraudar, lavado de dinero electrónico y fraude electrónico. Cada uno de estos cargos podría acarrearle una condena de hasta 20 años de prisión. Este caso no es aislado; en 2019, el productor ya había estado bajo la lupa de las autoridades por acusaciones similares, aunque en ese momento negó haber manipulado sus reproducciones.


La Directora Adjunta en funciones del FBI, Christie M. Curtis, expresó la gravedad del caso al afirmar que el esquema de Smith jugaba con la integridad de la industria musical. Curtis destacó que miles de canciones habían sido producidas artificialmente, y que las reproducciones generadas de forma automatizada estaban destinadas a eludir las políticas antifraude de las plataformas de streaming. "El FBI sigue dedicado a desmantelar a quienes manipulan la tecnología avanzada para recibir beneficios ilícitos", enfatizó.


La música en streaming se ha convertido en el formato predominante para escuchar música, con plataformas como Amazon Music, Apple Music, Spotify y YouTube Music dominando el mercado. Cada vez que una canción se transmite, el compositor, el intérprete y otros titulares de derechos tienen derecho a recibir pequeñas sumas de dinero en concepto de regalías. Sin embargo, el fraude en streaming desvió fondos de los músicos y compositores cuyas canciones fueron reproducidas legítimamente, lo que genera un impacto negativo en la industria.


El método utilizado por Smith fue, sin duda, sofisticado. Distribuyó las reproducciones automatizadas entre miles de canciones para evitar el streaming anómalo en una sola pieza musical. De esta manera, el productor logró que el número de reproducciones de cada canción fuera relativamente bajo, lo que dificultaba la detección de las irregularidades. Su estrategia no solo reveló una mente hábil en el ámbito del fraude, sino que también puso de relieve la vulnerabilidad de las plataformas de streaming frente a manipulaciones de este tipo.


El caso de Michael Smith es un recordatorio de los desafíos que enfrenta la industria musical en la era digital. A medida que la tecnología avanza, también lo hacen las tácticas de aquellos que buscan aprovecharse del sistema. La comunidad musical observa con atención este caso, que podría sentar un precedente importante en la lucha contra el fraude en la música en streaming. La industria necesita seguir adaptándose y fortaleciendo sus medidas antifraude para proteger a los artistas y garantizar que todos reciban el compenso justo por su trabajo.

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