Yankee Stadium rinde homenaje a víctimas del 11 de septiembre en emotiva ceremonia

Yankee Stadium rinde homenaje a víctimas del 11 de septiembre en emotiva ceremonia

Los New York Yankees se impusieron 9-3 sobre los Detroit Tigers en el marco conmemorativo del 9/11

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Política 12.09.2025

El Yankee Stadium se convirtió en un escenario de reflexión y homenaje el pasado 11 de septiembre, cuando los New York Yankees llevaron a cabo una emotiva ceremonia para conmemorar el vigésimo cuarto aniversario del atentado a las Torres Gemelas. Este evento no solo marcó un recordatorio del dolor y la pérdida que sufrió la nación en 2001, sino que también celebró el heroísmo de aquellos que arriesgaron y, en muchos casos, dieron sus vidas para salvar a otros. Entre los asistentes destacados se encontraba el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien se unió a la multitud para rendir tributo a las víctimas.


Durante la ceremonia, se enfatizó la importancia del recuerdo y la resiliencia. “Esta noche, recordamos a aquellos que perdimos, el heroísmo de todos los que valientemente sacrificaron sus propias vidas para salvar a otros, y a quienes fallecieron por enfermedades adquiridas en Ground Zero”, dijo un portavoz de los Yankees, encapsulando el sentimiento general del evento. Las palabras resonaron en el corazón de los presentes, recordando la unidad que emerge en tiempos de crisis.


La presencia de Trump, quien llegó acompañado de funcionarios de su administración, añadió un matiz político al evento. Tras su llegada, el presidente se adentró en el vestuario de los Yankees, donde intercambió saludos y anécdotas con los jugadores y el personal del equipo. Este gesto de camaradería fue bien recibido, ya que permitió que los jugadores se sintieran conectados no solo con el legado del equipo, sino también con el simbolismo de la ocasión.


El ambiente en el estadio fue de respeto y solemnidad, intercalado con la emoción del béisbol. Cuando Aaron Judge, estrella del equipo, conectó su primer cuadrangular de la noche, el presidente Trump se puso de pie y aplaudió, un momento que unió a los aficionados en una celebración de la victoria y la memoria. Este tipo de interacciones humanas contrastan con las tragedias pasadas y subrayan cómo el deporte puede servir de refugio y de celebración de la vida.


A medida que avanzaba la noche, la atmósfera se llenó de recuerdos. Los aficionados se unieron en cánticos y aplausos, mientras las pantallas del estadio mostraban imágenes de los héroes que respondieron a la tragedia del 11 de septiembre. Las lágrimas y la risa coexistieron en el mismo espacio, un testimonio del poder del deporte para curar y unir a una comunidad.


La ceremonia también sirvió para destacar el papel de los primeros respondedores y de todos aquellos que siguen sirviendo a sus comunidades. “Su espíritu vive hoy con nuestros primeros respondedores y todos los que sirven a nuestras comunidades y nuestro país”, continuó el portavoz, recordando que el sacrificio y la dedicación de estos individuos son una parte integral de la identidad de Estados Unidos.


La serie entre los Yankees y los Detroit Tigers, aunque marcada por la conmemoración, también fue un recordatorio de la continuidad de la vida y del deporte. A medida que la pelota seguía rodando en el campo, el evento se convirtió en un símbolo de esperanza y de perseverancia, donde el legado de los que perdimos se honra a través del juego.


La decisión de realizar esta ceremonia en el contexto de un juego de béisbol fue bien recibida por muchos, quienes vieron en ello una oportunidad para celebrar la vida y la unión nacional. En un momento en que el país enfrenta divisiones políticas y sociales, eventos como este sirven para recordar que, a pesar de nuestras diferencias, hay momentos que nos unen en un propósito común.


Al final de la noche, los presentes se retiraron con un sentido renovado de comunidad y memoria. La conmemoración del 11 de septiembre en el Yankee Stadium no solo fue un homenaje emotivo, sino también un recordatorio de la resiliencia del pueblo estadounidense. En el corazón de Nueva York, el béisbol sigue siendo un pilar de la cultura, un lugar donde se honra el pasado mientras se mira hacia el futuro. La conexión entre el deporte y la memoria colectiva se reafirma una vez más, demostrando que el espíritu humano puede triunfar sobre la adversidad.

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