Reapareció en Moscú Bashar al Assad: negó una salida planeada de Siria y calificó a los nuevos líderes de “terroristas”

Reapareció en Moscú Bashar al Assad: negó una salida planeada de Siria y calificó a los nuevos líderes de “terroristas”

El dictador derrocado dijo que no tenía planes de abandonar el país tras la caída de Damasco hace una semana, pero el ejército ruso lo evacuó cuando su base en el oeste del país fue atacada

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 16.12.2024

Bashar al Assad, el derrocado presidente de Siria, ha reaparecido en Moscú tras días de silencio y caos en el país árabe, en medio de una situación que ha dejado al mundo en vilo. En sus primeras declaraciones desde la caída de Damasco, Assad negó que su salida de Siria estuviera planeada y descalificó a los nuevos líderes del país, a quienes se refirió como “terroristas”. Estas afirmaciones se producen tras una rápida ofensiva rebelde que llevó a los islamistas a capturar la capital en diciembre, marcando un giro dramático en el conflicto sirio.


El pasado 27 de noviembre, una coalición rebelde lanzó una ofensiva desde su bastión en el noroeste de Siria, lo que rápidamente resultó en la captura de las principales ciudades del país. El punto culminante de esta campaña fue la toma de Damasco el 8 de diciembre, un evento que dejó al régimen de Assad tambaleándose. En este contexto, el ex presidente emitió un comunicado en el canal de Telegram de su administración derrocada, donde buscó aclarar su repentina partida.


Assad afirmó que había permanecido en Damasco hasta la madrugada del 8 de diciembre, contradiciendo los rumores de que había abandonado el país anticipadamente. Según sus palabras, lo que ocurrió fue una evacuación organizada en coordinación con las fuerzas rusas, después de que la situación se tornara crítica en la capital. "A medida que las fuerzas terroristas se infiltraban en Damasco, me trasladé a Latakia para supervisar las operaciones de combate", expresó en su mensaje desde Moscú.


El ex presidente también relató que llegó a la base aérea rusa de Hmeimim el día de su salida, donde la situación se volvió aún más peligrosa debido a ataques aéreos con drones. Aseguró que las autoridades rusas solicitaron que se organizara una evacuación inmediata, lo que lo llevó a abandonar Siria esa misma noche. “En ningún momento durante estos acontecimientos me planteé dimitir o buscar refugio”, insistió, enfatizando su compromiso con la lucha contra lo que calificó de “embestida terrorista”.


Sin embargo, las versiones sobre su fuga han sido objeto de controversia. Según testimonios de varios ex funcionarios, Assad habría dejado Siria horas antes de la toma de Damasco, y se había preparado para un discurso que nunca llegó a pronunciar. Estas revelaciones han avivado los rumores sobre la realidad de su salida y han generado escepticismo acerca de sus afirmaciones de lealtad y compromiso con su pueblo.


Al Assad también se defendió de las acusaciones de traición hacia el ejército y el pueblo sirio, reiterando su sentido de pertenencia y su deseo de ver a Siria nuevamente como un país libre e independiente. "El presidente no puede ser una persona que renuncia al pueblo al que pertenece", declaró, en un intento de restablecer su imagen y justificar su accionar durante los días críticos de la caída de su gobierno.


En medio de todo esto, el Kremlin ha confirmado que Assad recibió asilo en Rusia, aunque su aparición pública ha sido mínima desde la caída de su régimen. La falta de imágenes o declaraciones posteriores ha generado conjeturas sobre su estado y su futuro político.


La situación en Siria sigue siendo volátil, y la comunidad internacional observa con atención el desarrollo de los acontecimientos. La declaración de Assad podría ser vista como un intento de reafirmar su liderazgo ante un panorama que se ha vuelto cada vez más adverso para los que aún le son leales. Sin embargo, con el avance de las fuerzas rebeldes y la creciente presión internacional, el futuro de Siria y de su antiguo presidente sigue siendo incierto.


A medida que las fuerzas rebeldes consolidan su control, la estabilidad de la región continúa en entredicho. La situación plantea preguntas sobre el camino a seguir para Siria y su gente, que han sufrido años de guerra y destrucción. La comunidad internacional deberá tener un papel activo en la búsqueda de una solución duradera, mientras la figura de Assad se convierte en símbolo de un pasado difícil y de un futuro que todavía es incierto.

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