Cumbre del Clima en crisis: falta de consenso sobre financiación y emisiones

Cumbre del Clima en crisis: falta de consenso sobre financiación y emisiones

El secretario general de la ONU pide a los países moverse de sus posiciones iniciales para lograr un consenso

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Mundo HACE 3 HORAS

La Cumbre del Clima, en su edición más reciente, se encuentra en un momento crítico que podría definir el futuro de la acción climática global. Después de una semana y media de intensas negociaciones, la presidencia del evento ha presentado un borrador de acuerdo que ha sido calificado como "inaceptable" por múltiples delegaciones, lo que ha generado un clima de descontento y un llamado urgente a la reestructuración del documento. Este texto, que debía representar los avances logrados hasta ahora, ha provocado una tormenta de críticas por no incluir cifras concretas en aspectos clave como la financiación climática.


Uno de los puntos más controvertidos del borrador es la falta de claridad en torno a los 100.000 millones de dólares anuales que se prometieron a los países en desarrollo. A pesar de que el texto menciona "billones" como la suma que estos países requieren, no se aportan cifras específicas que permitan avanzar en el compromiso financiero. La ambigüedad en torno a la financiación ha dejado a muchos delegados preocupados y al borde de la frustración, ya que es un tema central en las negociaciones climáticas.


La situación se complica aún más con las dos propuestas que están sobre la mesa respecto a quién debe financiar estos esfuerzos. La primera opción sugiere que únicamente las naciones desarrolladas se encarguen de la financiación, mientras que la segunda plantea una ampliación de las fuentes de financiación, involucrando a todos los países. Este desacuerdo fundamental se ha convertido en un obstáculo significativo para llegar a un consenso, y cada país parece estar guardando sus cartas, lo que hace que la resolución sea aún más difícil.


El descontento con el borrador no se limita a las naciones en desarrollo. La Unión Europea ha dejado claro que no está satisfecha con la falta de un enfoque equilibrado en el texto. Wopke Hoekstra, comisario de clima de la UE, no ha dudado en calificar la situación de "inaceptable", reiterando la necesidad de que las grandes economías, que hasta ahora no han contribuido a la financiación climática, comiencen a asumir su responsabilidad. Entre estas naciones se destacan países como China, el mayor emisor de CO2 del mundo, y diversos estados del Golfo que dependen de los combustibles fósiles.


El Grupo de los 77, que agrupa a los países en desarrollo, también ha expresado su decepción por la falta de cifras concretas sobre financiación climática. En su declaración, han subrayado la urgente necesidad de un compromiso claro que contemple al menos 500.000 millones de dólares anuales para hacer frente a los desafíos climáticos que enfrentan. Esta demanda contrasta con la postura de muchos países desarrollados, que aún no han presentado cifras concretas de contribución.


Ante esta compleja situación, Antonio Guterres, secretario general de la ONU, ha llegado a la cumbre con la esperanza de impulsar las negociaciones. Su intervención no es inusual en este tipo de citas, donde los diálogos suelen estancarse en fases avanzadas. Guterres ha instado a los países a ceder y encontrar un terreno común, advirtiendo que el fracaso en estas negociaciones no es una opción viable. Sin embargo, ha reconocido que muchos delegados aún sostienen firmemente sus posiciones originales, lo que dificulta la búsqueda de un consenso.


Además de la controversia en torno a la financiación, otro desafío que enfrenta la cumbre es el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y avanzar hacia la eliminación de los combustibles fósiles. El año pasado, durante la Cumbre del Clima en Dubái, se dio un paso en la dirección de abandonar estos combustibles, pero en el borrador actual no se hace mención alguna a esta cuestión. Funcionarios del bloque árabe han dejado claro que no aceptarán un texto que apunte a sectores específicos, incluidos los combustibles fósiles, lo que complica aún más la negociación.


Con cada día que pasa, la presión aumenta sobre los líderes mundiales para que tomen decisiones significativas que beneficien a todos los países y al planeta. La falta de un acuerdo tangible podría resultar en consecuencias desastrosas no solo para las naciones más vulnerables, sino también para la lucha global contra el cambio climático. A medida que la cumbre avanza hacia su desenlace, los ojos del mundo están puestos en los negociadores, que deben encontrar formas de superar sus diferencias y construir un futuro más sostenible.


La urgencia de la situación es manifiesta: el tiempo se está agotando y el clima no espera. La Cumbre del Clima se ha convertido en un escenario de tensiones y expectativas, donde las decisiones que se tomen en los próximos días podrían tener un impacto duradero en la salud del planeta y en el bienestar de las generaciones futuras. La presión es palpable, y el camino hacia un acuerdo efectivo parece más lleno de obstáculos que nunca. Sin embargo, aún hay espacio para la esperanza, siempre que los líderes estén dispuestos a dejar de lado sus diferencias y trabajar juntos por un objetivo común: la supervivencia del planeta y la justicia climática para todos.

Ver todo Lo último en El mundo