El regreso de Gyanendra desata una ola monárquica en Nepal en medio de la turbulencia política.

El regreso de Gyanendra desata una ola monárquica en Nepal en medio de la turbulencia política.

El regreso del ex rey Gyanendra a Nepal genera apoyo monárquico en medio del creciente descontento con los líderes actuales, lo que plantea preguntas sobre el futuro del gobierno.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Mundo HACE 14 HORAS

El pasado domingo, tuvo lugar un evento político significativo en Nepal cuando el ex rey Gyanendra Shah regresó a Katmandú, donde fue recibido por una multitud masiva de seguidores que agitaron banderas y expresaron su lealtad. Esto marcó un notable resurgimiento del sentimiento monárquico en una nación que transitó a una monarquía constitucional en 2008 y abolió oficialmente la monarquía en 2015. Gyanendra, quien ha mantenido un perfil bajo desde su derrocamiento hace casi dos décadas, reavivó las discusiones sobre su posible papel en el gobierno del país durante una reciente declaración en el Día de la Democracia el pasado febrero. Expresó su disposición a "jugar un papel en salvar al país", un comentario que resonó en medio del creciente descontento público con el liderazgo democrático actual. Este sentimiento se ha amplificado aún más por una ola de publicaciones pro-monarquía que circulan en las redes sociales, mostrando la estabilidad y el respeto que los monarcas del pasado tenían en el escenario internacional. El creciente apoyo a Gyanendra ha alarmado a los líderes políticos actuales, que ya enfrentan un liderazgo envejecido y plagado de facciones. La anterior prohibición de la plataforma de redes sociales TikTok, supuestamente para mantener "la armonía social", puso de manifiesto un gobierno lidiando con la creciente disidencia, una prohibición que fue levantada más tarde bajo presión pública. Los partidarios del ex rey argumentan que la desilusión pública con los políticos contemporáneos señala un punto de quiebre. Figuras prominentes como el ex periodista de la BBC Rabindra Mishra han recurrido a las redes sociales, estableciendo paralelismos entre el clima político de Nepal y los levantamientos en países como Sri Lanka y Bangladés. Mishra advirtió contra desestimar los crecientes sentimientos a favor de la monarquía, instando a los líderes a reconocer las voces que claman por el cambio. La multitud que dio la bienvenida a Gyanendra incluía una amplia gama de individuos, desde jóvenes desilusionados con las prácticas políticas actuales hasta generaciones mayores nostálgicas del pasado. Sus muestras de apoyo se contrastaron con las críticas de comentaristas anti-monárquicos, destacando que muchos en la generación actual carecen de conciencia sobre el entorno opresivo que prevalecía bajo la monarquía absoluta. El veterano periodista Guna Raj Luitel llegó a argumentar que la monarquía había suprimido históricamente la disidencia en lugar de fomentar la libertad. La esfera política refleja una división creciente sobre el posible regreso de Gyanendra. El primer ministro K. P. Sharma Oli desafió al ex rey a formar un partido político y participar en las próximas elecciones en lugar de buscar recuperar el trono sin oposición. En respuesta, los leales afirmaron que la monarquía trasciende la política electoral, posicionando a Gyanendra como un custodio necesario de la nación en lugar de un candidato para un escaño parlamentario. Estos debates dentro del campamento realista revelan un espectro de creencias, con algunos abogando por una monarquía absoluta mientras que otros piden un enfoque constitucional. El ex primer ministro Pushpakamal Dahal atribuyó los sentimientos monárquicos resurgidos a la mala gobernanza del régimen actual, enfatizando cómo la insatisfacción generalizada ha llevado a los ciudadanos a contemplar un regreso al gobierno monárquico. Sin embargo, Dahal también advirtió contra la interferencia extranjera, sugiriendo que elementos externos podrían haber estado involucrados en la promoción de recientes manifestaciones pro-monarquía, aunque se abstuvo de nombrar actores específicos. En contraste, informes indican que durante los recientes viajes de Gyanendra, particularmente a Bután e India, recibió una cálida bienvenida, lo que sugiere un apoyo regional subyacente para un regreso a una monarquía hindú en Nepal. El telón de fondo de la crónica inestabilidad política es un factor significativo que alimenta el resurgimiento realista. Desde el fin de la monarquía, Nepal ha sido testigo de un asombroso número de 13 gobiernos en solo 16 años, con alianzas políticas que colapsan frecuentemente. Este ciclo de inestabilidad ha fomentado la creencia entre los monárquicos de que una fuente de poder fuerte y singular—encarnada en un monarca—podría restaurar la unidad nacional y navegar por las turbulentas aguas de las presiones tanto internas como externas. A medida que Nepal se encuentra en una encrucijada, el resurgimiento de Gyanendra y el movimiento monárquico plantea preguntas críticas sobre el futuro de la gobernanza en una nación que aún lucha con su identidad y aspiraciones. Con la población profundamente dividida y anhelando estabilidad, los próximos meses serán cruciales para determinar si los sueños de un renacimiento real se harán realidad o si la democracia podrá recuperar su posición.

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