Prepárate Ahora: Desastres Naturales Catastróficos Se Avecinan Mientras los Expertos Advierten del Caos Inminente

Prepárate Ahora: Desastres Naturales Catastróficos Se Avecinan Mientras los Expertos Advierten del Caos Inminente

En 2024, Estados Unidos enfrentó 27 desastres de mil millones de dólares, con científicos advirtiendo sobre amenazas inminentes como un terremoto en California que ya se estaba retrasando y huracanes catastróficos.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Los estadounidenses siempre han enfrentado el espectro de desastres naturales, con la nación experimentando regularmente la ira de climas extremos, incendios forestales, terremotos y más. El año 2024 vio 27 catástrofes de mil millones de dólares solo en EE. UU., lo que enfatiza el costo financiero de estos eventos relacionados con el clima. Sin embargo, aunque el estado actual de la preparación ante desastres ha mejorado, los científicos advierten que los desastres más catastróficos se avecinan en el horizonte, convirtiendo esto en una preocupación urgente para las comunidades de todo el país. Entre las perspectivas más alarmantes se encuentra la inevitable ocurrencia de un gran terremoto a lo largo de la infame falla de San Andrés en California. Los expertos coinciden en que la región ya está atrasada para un terremoto de magnitud 8, con consecuencias catastróficas proyectadas que incluirían 1,800 muertes, 50,000 heridas y más de 200 mil millones de dólares en daños. Estas proyecciones pueden incluso ser conservadoras, dado que un terremoto significativo a lo largo de esta falla no ha ocurrido en más de 167 años, a pesar de que la evidencia sugiere que tales eventos suelen suceder cada 150 años. Como afirma acertadamente Christy Rowe, directora del Laboratorio Sismológico de Nevada, "Podrían pasar otros 300 años, o podría suceder mañana." La inmediatez de esta amenaza subraya la urgencia para que los californianos se preparen para el caos sísmico que puede desatarse en cuestión de momentos. Además de las amenazas sísmicas, la posibilidad de un huracán catastrófico se perfila como un gran riesgo, particularmente el teórico 'Huracán Danielle de Categoría 6', que se anticipa que emerja alrededor del año 2100. Con vientos que superan las 192 millas por hora y un aumento del nivel del mar que supera los 25 pies, se predice que esta supertormenta causará una destrucción sin precedentes, especialmente en áreas densamente pobladas como la ciudad de Nueva York. Según el autor Porter Fox, la devastación rivalizaría con la de las tormentas más severas de la historia, con un potencial de muertes que rondaría las 42,000. Fox imagina una escena en la que la infraestructura de la ciudad colapsa bajo la furia del huracán, reduciendo vecindarios a ruinas y interrumpiendo servicios vitales, incluyendo energía y comunicaciones. Por último, la amenaza de erupciones volcánicas, particularmente del Monte Rainier, representa otro riesgo que mantiene a los científicos en alerta. Con casi 90,000 residentes viviendo dentro de su zona de peligro potencial, el estratovolcán ha permanecido inactivo durante más de un milenio, pero los expertos advierten que una erupción podría ocurrir en cualquier momento. La volcanóloga Jess Phoenix ha enfatizado el peligro de los lahares—flujos de barro que se mueven rápidamente y que podrían devastar las comunidades circundantes más que los flujos de lava o las nubes de ceniza. Con Tacoma y Seattle situadas sobre antiguos flujos de barro de erupciones anteriores, la amenaza no es solo teórica; tiene implicaciones reales para la seguridad de los residentes en estas áreas urbanas. Ante estas amenazas inminentes, los científicos están instando a los estadounidenses a tomar medidas proactivas para prepararse para posibles desastres. Si bien los avances en los sistemas de monitoreo y detección de terremotos y actividad volcánica han mejorado, la imprevisibilidad de estos eventos hace que la preparación sea esencial. Las comunidades no solo deben entender los riesgos, sino también desarrollar estrategias de respuesta ante emergencias integrales para mitigar el impacto de futuras catástrofes. En un mundo cada vez más vulnerable a los efectos del cambio climático y los desastres naturales, los estadounidenses deben prestar atención a las advertencias de los expertos y priorizar la preparación ante desastres. La realidad es que estos eventos catastróficos no son meras posibilidades, sino inevitabilidades—una verdad incómoda que exige nuestra atención y acción.
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